El mercado empresarial demuestra que es poco común considerar a las personas de edad adulta, como consumidores activos ó segmento de mercado al cuál dirigir los esfuerzos mercadológicos. Datos como los publicados por Nielsen, aseguran que el sector de las personas adultas es uno de los más influyentes en EEUU, los hogares en los que ellos habitan muestran un 5% más de gasto que en resto de los hogares.

De forma inevitable, el mercado de las personas de la tercera edad, es un mercado que tiene un crecimiento progresivo, así lo vemos en las sociedades europeas por ejemplo, en las que la tasa de natalidad se ha visto afectada por diferentes circunstancias (económicas, sociales, etc.) y la tasa de personas que pasan a la edad adulta (mayores de 65 años) se ha visto en crecimiento. Por lo tanto, es importante, considerando el objetivo social del marketing que es el de satisfacer las necesidades de las personas, que se impulsen estudios e implementaciones de productos y/o servicios dedicados a este, aún, nicho de mercado.

Según investigaciones, se considera que los adultos de esta época intentan vivir una “segunda juventud” independiente de la vida meramente familiar a la que se les es atribuida en la mayoría de las sociedades; estos adultos consumen productos que van acorde a su estilo de vida, dedicando mayormente su consumo a viajes de turismo, decoración y bienestar personal; viviendo así la filosofía que les incentiva a valorar el estar vivos y disfrutar al máximo el tiempo.

La presión de la demografía se encuentra reflejando la necesidad de incrementar la oferta, tanto en turismo vacacional, experiencial, seguros de vida, limpiezas de hogar, productos  alimenticios especializados para personas adultas, ya sea con mayor índice de vitaminas, minerales, etc.

Es evidente que los adultos mayores de la actulidad, no mostrarán las mismas necesidades y preferencias que los adultos del futuro; especialmente por la variable tecnológica que marca una diferencia; los adultos jóvenes de hoy se ven inmersos en una sociedad de información y tecnológica que inevitablemente marcará su vivencia adulta mayor, para esto también, las empresas deben ser conscientes de estos cambios. Esto, no significa que las personas adultas de hoy, estén alejadas de los avances y comunicaciones, ya que la necesidad hace que estas personas ejerzan su voluntad de aprender de nuevas tecnologías, ya sea por salud, familia, etc.; pero en sí, todavía se ve un alto grado de preferencia al trato cara a cara, por ejemplo, de parte de los distribuidores de sus productos de preferencia, manteniendo así lazos relacionales con el personal de los puntos de venta.

Según Idelfonso Grande Esteban, Ens. Libro “El consumo de la tercera edad”, las personas mayores de hoy son más propensas al ahorro, principalmente debido a que para ellas el ahorro es un valor que adquirieron en su juventud. Los psicólogos enfocan esta acción a la precaución en cuanto a la inseguridad física derivada del deterioro del organismo. Para las personas mayores, el dinero ahorrado es una especie de seguro ya sea en caso de enfermedad o invalidez.

Es evidente que los profesionales de marketing tienen una tarea muy importante en cuanto a captar el mensaje, poco a poco se pueden ver algunos avances, por ejemplo en publicidad, en los que los adultos mayores son los protagonistas; pero aún hay muchos esfuerzos que realizar hacia este grupo de personas, aún considerado un nicho.