Como ya sabrás, no todos los niños son buenos deportistas por naturaleza. Algunos necesitan más atención para mejorar. Sin esta atención tan necesaria, el niño se queda temeroso de unirse a un equipo deportivo y, además, se siente aislado.
No hay un culpable de que un niño tenga menos destreza para el deporte, solo factores. Algunos creen que está en sus genes, ya que sus padres también conservan funciones similares. También hay ciertos especialistas que consideran que el problema tiene un origen ambiental. Algunos niños no están expuestos a la práctica adecuada de deportes. Como su entorno no les estimula, «su alfabetización motriz es muy baja». Es lo que los investigadores canadienses denominan «déficit de actividad».
Por supuesto, hay diferentes grados de baja competencia motriz en los niños. Muchos niños consideran que tienen problemas neurológicos. Algunos en el nivel más bajo de la categoría pueden sufrir un Trastorno del Desarrollo de la Coordinación (TDC). Los niños de esta categoría, a pesar de tener una competencia motriz extremadamente baja, mejoran cuando se satisfacen sus necesidades.
Los problemas relacionados con la competencia motriz pueden empeorar con la combinación de un entorno poco estimulante y problemas neurológicos. «Un entorno poco estimulante, junto con la existencia de posibles problemas neurológicos, problemas metabólicos o problemas de la madre durante el embarazo (incompatibilidad sanguínea, ingesta de fármacos o carencia de vitaminas) podrían ser la causa de estas dificultades. En algunos casos, existen dificultades para representar mentalmente los movimientos, lo que limita su planificación y organización y afecta a funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, el procesamiento visoespacial de la información, la capacidad inhibitoria y la flexibilidad cognitiva».
No poder practicar deporte puede tener un impacto emocional negativo en el niño. Estos niños requieren más atención y cuidados. Es importante evitar que se sientan incapaces y alienados en las clases de educación física. Los niños más descoordinados se sienten motivados por un modelo a seguir. Si los profesores pasaran más tiempo con ellos, aumentaría su confianza en la actividad física.
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Fuente: Ningún niño está predestinado a ser torpe: cómo animarles a practicar deporte
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