Exponer el cuerpo a altas altitudes es una manera frecuente de entrenamiento atlético. El término para eso es “hipoxia”, ya que principalmente se refiere a una reducción del nivel de oxígeno en la sangre e implica un entrenamiento con reducción de la respiración en series determinadas. Algunas tesis indican que el entrenamiento hipóxico aumenta la habilidad de los músculos y puede ser una influencia positiva para los atletas.
Una investigación reciente comparó tres alternativas diferentes de entrenamiento hipóxico entre 10 atletas durante tres semanas. En el primer entrenamiento, los deportistas entrenaban en altitudes superiores a 1.800 metros, durante 20 y 24 días (HT, por sus siglas en inglés).
En un según momento, participaron de un entrenamiento hipóxico intermitente (IHT, por sus siglas en inglés), alternando ambientes creados superficialmente con aires comparables a altitudes de 6.500 metros, en condiciones normales, sin hipoxia.
Además de los entrenamientos, 4 atletas participaron de una experiencia en una tienda de hipoxia donde permanecían por lo menos 12 horas por día.
La comparación entre los entrenamientos reveló, desde indicadores hematológicos, que el número de eritrocitos, hemoglobina y hematocrito en la tienda y en el IHT aumentó del 3 % a 4,9 %. Un aumento más significativo (25,3 % y 26,2 %) fue medido en reticulocitos.
El estudio experimental reveló que los tres tipos de entrenamiento tienen eficacia confirmada sobre parámetros hematológicos, pero la influencia de la HA y del IHT fue significativamente mayor de lo que en el TH.
Fuente: http://web.ebscohost.com/abstract?direct=true&profile=ehost&scope=site&authtype=crawler&jrnl=18404413&AN=86440078&h=oUNbcoYzktdqiLzuwpjQ8lmnPLOrNm8C30ldNTg0slYELNQ%2fVCeo22cLTcaO2m1PoNGcZp%2fJ7MibQD623E27iw%3d%3d&crl=c