Un estudio realizado en Brasil identificó que tanto el entrenamiento a intervalos, como el continuo, ofrecen beneficios para las mujeres que padecen obesidad. Los investigadores de la Universidad de Campinas y de la Universidad Estatal de San Pablo identificaron una evolución favorable de la condición cardiorespiratoria, la composición del cuerpo y la calidad de vida considerando los patrones establecidos por la World Health Organization Quality of Life (WHOQOL), entre todos los pacientes que se sometieron a entrenamiento en aguas profundas, tanto en entrenamiento continuo como en el intermitente.

La obesidad actualmente es considerada una epidemia. Para este estudio experimental se reunieron a 30 mujeres entre 34 y 58 años de edad, quienes participaron de entrenamientos semanales tres veces por semana con sesiones de 47 minutos cada una. Se registraron mejoras en todos los factores indicados en el párrafo anterior, mas no se registraron mejoras en el ámbito social de las personas.

Las mujeres seleccionadas tenían entre 28% y 35% de grasa corporal, con edades entre 34 y 58 años y no habían practicado actividades fìsicas sistemàticas en los últimos tres meses; además debían contar con autorización médica o tener una recomendación para practicar ejercicio.

Utilizando el método propuesto por Karvonen, el cual determina la tasa de reserva del corazón (HRR por sus siglas en inglés), se ejecutaron series de ejercicios de acuerdo a un plan diferenciado entre entrenamiento continuo (CT) y entrenamiento intermitente (IT).

El entrenamientos para las personas que se sometieron a entrenamiento continuo fue: en la primera semana adaptarse al agua, segunda y tercera semana entrenamiento ejecutar ejercicio a una tasa de 65 a 70% HRR. De la cuarta a la sexta semana intensidad entre 70 a 75% HRR, de la séptima a la novena semana 75 a 80% de HRR, y de la décima a la decimosegunda semana 80 a 85% HRR.

Las personas que realizaron un entrenamiento intermitente similar al del gupo CT durante la primera fase, una vez superada esa fase se inicia la secuencia con un 70 a 75% HRR, luego se aplicaron series de ejercicio intenso de carreras (sprints) por 15 segundos con 30 segundos de descanso para recuperación activa. En la segunda y tercera semana se realizaron ocho sprints distribuidos en dos momentos. De las emana cuatro a la seis se realizaron diez sprints, distribuídos en tres secuencias. De la semana siete a nueve, doce repeticiones con máxima intensidad en tres series. La semana diez a doce quince repeticiones en tres series.

Ambos grupos de mujeres reportaron mejoras en todos los aspectos considerados para este estudio.

Fuente:
http://zl.elsevier.es/en/revista/revista-andaluza-medicina-deporte-284/continuous-training-versus-interval-training-in-deep-90137452-originales-2012

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