Muchas personas mayores de 65 años inician una etapa en la que predomina el sedentarismo, se reduce la actividad laboral y se presentan, en algunos casos, alteraciones psíquicas. El Dr. Norberto Debbag indica que la incorporación de una rutina deportiva entre las actividades de las personas ancianas para que logren una mejor calidad de vida.
Pero no se trata de introducir la actividad física al azar. Debbag recomienda realizar una evaluación cardiológica previa para determinar el tipo de actividad que la persona puede realizar, recomendar cierta intensidad de trabajo, el tiempo de cada sesión y la frecuencia semanal de práctica.
Para las personas mayores de 65 se recomienda ejercicio de tipo aeróbico que utiliza más oxígeno. Se pueden incorporar actividades como bailar, trotar, andar en bicicleta, caminar, pero sobre todo se recomienda la natación, porque reduce significativamente la carga sobre las articulaciones por la flotación. Se recomienda que cualquier actividad física se inicie con 20 minutos y aumentar progresivamente el tiempo de práctica hasta lograr una hora de práctica.
Se deben evitar actividades que generen sobrecarga en las articulaciones, sobre todo actividades que involucren saltos porque pueden afectar las articulaciones de los practicantes.
Es necesario que, adicionalmente a la supervisión de la actividad física, los ancianos reciban asesoría en temas relacionados a sus dietas, la hidratación que deben cuidar durante el ejercicio, calentamiento previo y elongación, la vestimenta y supervisar los progresos o complicaciones, que se presenten. Si se presentase algún síntoma se debe suspender la actividad y consultar a un especialista.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera de vital importancia realizar 30 minutos diarios de actividad física ya que disminuye en un 34% el riesgo de infarto a miocardio y de accidentes cerebro-vasculares. Se estima que el 80% de los ataques cardíacos se pueden prevenir.