Un equipo de investigadores logró reducir el dolor producido por la fibromialgia (FM) al aplicar una terapia de ejercicio físico en agua caliente durante 12 semanas a un grupo de 17 pacientes altamente afectadas por los síntomas de la FM. La experiencia se desarrolló en Extremadura, España, donde se seleccionaron a 34 pacientes que padecían de FM en un estadío avanzado, y a la mitad de ellas se les aplicó una terapia basada en ejercicios en agua caliente para medir el impacto de la FM en la salud física y mental de las mujeres afectadas, mientras que la otra mitad actuó como un grupo de control.
Todas las pacientes afectadas recibían un tratamiento farmacológico convencional, el cual incluía la ingesta regular de relajantes musculares, antidepresivos, antiinflamatorios y analgésicos. Se mantuvo en ambos grupos en evaluación, y durante las 12 semanas en las que los pacientes participaron de la experiencia el grupo de control no participó en ninguna terapia física o psicológica adicional.
Las pacientes que participaron de las rutinas de ejercicios realizaron tres sesiones semanales de 60 minutos de ejercicio físico en una piscina a 33 grados Centígrados. Antes de cada terapia se realizaban 10 minutos de calentamiento con ejercicios de movilidad fuera del agua y caminando luego lentamente en el agua, luego se efectuaban 10 minutos de ejercicio aeróbico al 60-65% de la frecuencia cardiaca máxima, luego 20 minutos de movilidad del cuerpo y trabajo específico para fortalecer las extremidades inferiores (4 series de 10 flexoextensiones unilaterales de pierna, utilizando como carga el peso del propio cuerpo) y rutinas para fortalecer las extremidades superiores (4 series de 10 repeticiones levantando el brazo por encima de la cabeza, utilizando material liviano de hasta 1 kg de carga y gomas elásticas), 10 min de ejercicios aeróbicos al 60-65% de la frecuencia cardíaca máxima y se terminaba cada sesión con 10 minutos de ejercicios de baja intensidad para relajar al paciente en el agua caliente.
Al tercer mes de aplicación de la rutina arriba indicada se realizaron las evaluaciones respectivas tanto al grupo que participó de los ejercicios, como en el grupo de control. Los investigadores observaron que los pacientes que participaron de las sesiones de ejercicios en agua caliente presentaban una mejoría significativa en comparación con el grupo de control; el grupo que se sometió a ejercicios logró una recuperación de la función física en el 35% de los casos, sensación de mejoría en un 34%, alivio del dolor en un 26%, reducción de la rigidez en un 33%, reducción de la ansiedad en un 36% y en la escala del Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia (FIQ) se logró una mejora general del 27%.
Los investigadores identificaron estudios mixtos, en los que los pacientes participaban en ejercicios combinando rutinas en suelo seco con rutinas en agua caliente, y solo en estas experiencias se logró una mejora en la escala FIQ que ronda el 21 a 28% tras 20 semanas de aplicación. Otras experiencias mixtas con solo seis semanas de aplicación consiguieron solo un 11% de mejoría en la escala FIQ.
Los especialistas, tras analizar los datos del estudio, recomendaron realizar un análisis comparativo adicional en el que se considere la relación entre costo y efectividad de programas basados exclusivamente en suelo seco, terapias en las que se aplica ejercicios solo en agua caliente y aquellos en los que se aplican terapias mixtas. Además indicaron el tratamiento aplicado exclusivamente con ejercicios en agua caliente a mujeres altamente afectadas por los síntomas de la FM, no necesariamente se puede aplicar a mujeres afectadas en grado leve por la FM.