Sus principales premisas son que el cliente tiene prioridad en la toma de decisiones y que el proyecto se debe dividir en pequeñas tareas para que se pueda ir supervisando el trabajo frecuentemente Agile es un modelo de gestión de proyectos basado en potenciar la agilidad y el máximo rendimiento. Sus orígenes se sitúan alrededor de la década de los 90 en la industria del desarrollo de software. En ese momento las empresas del sector empezaron a ver que la forma en la que se estaban realizando los proyectos no era la más óptima, puesto que no cumplían con las expectativas de los clientes. Entonces algunos profesionales empezaron a idear otras formas de trabajar y crearon unos sistemas que más adelante formarían parte de las metodologías agile. Leer más

En primer lugar se deben definir bien los objetivos, así como hacer una buena planificación Uno de los errores más comunes a la hora de realizar un proyecto es no detallar bien los objetivos. Tenerlos en cuenta permitirá minimizar los malentendidos y conseguir que todos los miembros de un equipo trabajen en una misma dirección. Leer más

Se trata de aplicaciones (apps) que permiten visualizar de forma sencilla las tareas que quedan por hacer y que son necesarias para completar el proyecto Existe un gran número de aplicaciones que pueden ser útiles para la gestión de un proyecto. Si antes los miembros de un equipo usaban pizarras o notas adhesivas, hoy en día pueden escoger diferentes aplicaciones pensadas para hacer más ágiles las tareas del día a día. Leer más

Antes de realizar las entrevistas con los posibles candidatos se ha de tener claro cuáles serán sus funciones. Para crear un equipo se recomienda combinar distintos tipos de inteligencias Rodearse del talento adecuado a la hora de iniciar un proyecto es un aspecto fundamental para garantizar su éxito. Según los expertos, lo mejor es no hacer grupos de trabajo demasiado extensos porque suelen surgir conflictos. Leer más