Hungría y Francia han adoptado medidas que se oponen a los cultivos transgénicos de Monsanto. En Hungría se ha ordenado la destrucción de mil hectáreas de maíz porque se comprobó que habían sido sembrados con semillas transgénicas. Por su parte el gobierno Francés ha indicado que se ampliará el plazo de vigencia de las restricciones establecidas para el cultivo del maíz , incluso el presidente de ese país, Nicolás Sarkozy se ha manifestado en contra del cultivo «el gobierno francés mantiene y mantendrá su oposición contra el cultivo del maíz Monsanto 810 en nuestro suelo» dijo el mandatario.
Las semillas transgénicas están prohibidas en Hungría, en ese país los comerciantes deben asegurarse que sus productos están libres de transgénicos. Las autoridades de esa región aseguran que continuarán realizando controles para eliminar cultivos transgénicos de sus tierras. Lajos Bognar, representante del Ministerio de desarrollo rural de Hungría aseguró que había sido erradicado antes que el polen del maíz pudiera contaminar otros cultivos.
Al pertenecer a la Unión Europea, Hungría está sujeta a la ley que obliga al libre tráfico de mercancías, por tanto solo se pueden establecer controles en los negocios.
Los campesinos del lugar se han visto muy afectados porque tras la pérdida de miles de hectáreas,resulta muy tarde para realizar una nueva siembra. Adicionalmente, los campesinos no tendrán oportunidad de hacer ningún reclamo frente a las autoridades porque la empresa que vendió las semillas transgénicas en ese país actualmente se encuentra en liquidación.
En Francia se está trabajando para establecer nuevas restricciones legales que permitan extender la moratoria que se pesa sobre el maíz transgénico de Monsanto. El Consejo de Estado de Francia anuló recientemente la moratoria sobre el maíz de Monsanto indicando que el gobierno no ha proporcionado suficiente evidencia para sustentar su prohibición. En la Unión Europea un país puede prohibir unilateralmente el uso de un organismo geneticamente modificado si se comprueba científicamente que implica un riesgo para la salud humana o animal o representa una amenaza para la integridad del medio ambiente. El presidente Sarkozy ha indicado que se está preparando «una nueva cláusula de seguridad» para prohibir la siembra de la semilla MON810 producida por Monsanto.
Los agricultores de Francia han manifestado que no utilizarán semillas transgénicas ya que la declaración del presidente indica que podría establecerse una nueva moratoria y, aunque desean utilizar semillas transgénicas para aumentar su producción, la moratoria les impediría vender sus productos el 2012.
Representantes de empresas distribuidoras de semillas indicaron que los pobladores de Francia se resisten a consumir productos vegetales transgénicos, pero no tienen reservas en consumir carne que proviene de animales alimentados con granos transgénicos. Cabe resaltar que la mayoría de granos de maíz y soya importada en la Unión Europea, que es utilizada para la alimentación de animales, han sido modificados genéticamente. Considerando el proceso de producción de alimentos, los organismos genéticamente modificados están filtrándose de forma indirecta en la alimentación de los consumidores europeos aunque ellos no lo sepan.