Hasta ahora se ha puesto énfasis en cuidar lo que una persona come, mas no se ha dado mayor importancia a los horarios en los que ingiere los alimentos. De acuerdo a un estudio publicado en la revista Cell Metabolism es tan importante lo que se come, como cuándo se come, porque comer a cualquier hora altera los biorritmos y fomenta el sobrepeso.

El cuerpo regula su actividad gracias a un reloj interno que controla los procesos de vigilia y sueño, cuando se alteran los ritmos de descanso, se alteran también numerosas reacciones que utiliza nuestro cuerpo para obtener energía de los alimentos. Algunos estudios han identificado que una alteración de los ritmos de sueño está directamente relacionada con enfermedades como la diabetes.

Investigadores del Departamento de Gastroenterología de la Universidad de California (EEUU), desarrollaron un estudio utilizando ratones para determinar si al alterarse los horarios de alimentación se aumentaba la tendencia a padecer de obesidad. Los científicos alimentaron a los ratones durante 18 semanas, a un grupo se les suministró una dieta convencional y al otro grupo una dieta alta en grasas; pero a algunos ratones se les entregó la comida teniendo en cuenta un horario de ocho horas, mientras que otros tuvieron libre disponibilidad de alimentos.

Se observó que tanto los ratones que consumieron una dieta normal, como aquellos que se alimentaron de una dieta alta en grasas, bajo un régimen de horario restringido, estuvieron protegidos de la obesidad. Los ratones  alimentados bajo un horario controlado ganaron menos peso y sufrieron menos niveles de inflamación, un marcador relacionado con la resistencia a la insulina, en comparación con los que comieron a cualquier hora.

Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clinic de Barcelona, recomienda consumir los hidratos de carbono y las grasas durante el día y dejar para la noche las proteínas y los vegetales. El especialista explica que esta combinación resulta más eficiente para el organismo porque durante el día todo lo que se ingiere se puede quemar, mientras que por la noche tenemos menor actividad; sin embargo resaltó que todavía faltan más estudios sobre este tema.