El cáncer de mama es ya el tumor ginecológico de mayor prevalencia entre mujeres jóvenes en países de occidente; además este mal se comienza a diagnosticar cada vez a una edad más temprana. Es por esto que se están realizando cada vez más inestigaciones en torno a esta enfermedad. Un estudio realizado en Granada identificó que aquellas madres que dieron de lactar a sus bebés por más de seis meses no solo incrementaron las defensas de sus hijos, sino que ellas también se vieron beneficiadas al minimizarse el riesgo e incidencia de casos de cáncer de mama entre este segmento de la población.
El cáncer de mama es la principal causa de muerte entre mujeres que son diagnosticadas con algún tipo de cáncer, pero resulta alarmante saber que entre el 17% y 36% de todos los cánceres de seno se producen en mujeres menores de 40 años.
Algunos experimentos previos indican que la leche humana in vitro induce a la apoptosis o muerte celular programada de diversas variedades de células cancerosas. Otros estudios indican que altos niveles de estriol pueden proteger a una mujer de desarrollar posteriormente cáncer de mama. El papel de la prolactina aún no está claro, porque algunos estudios indican que podría reducir el riesgo de padecer cáncer de mama, sin embargo otros estudios demuestran que un aumento significativo en la concentración de la prolactina favorece el crecimiento del cáncer de mama en células de ratas.
Se analizó el historial de madres que carecían de antecedentes familiares de cáncer y otro grupo de mujeres que sí tenían antecedentes de personales o familiares de cáncer de mama. El grupo de mujeres que no tenían antecedentes de cáncer registró que aquellas madres que no amamantaron a sus hijos fueron diagnosticadas con cáncer de mama aproximadamente a los 57 años, mientras que aquellas que solo dieron de lactar por 3 meses se les diagnosticó cáncer de mama alrededor de los 58 años, mientras que aquellas que reportaron haber dado de lactar más de seis meses se les diagnosticó a los 69 años.
Entre aquellas mujeres que sí presentaban historial de cáncer personal o familiar las cifras fueron ligeramente similares. Aquellas que no amamantaron a sus hijos fueron diagnosticadas a los 54 años, y las que solo lo hicieron por tres meses fueron diagnosticadas a los 53, mientras que aquellas que lo hicieron por más de seis meses fueron diagnosticadas a una edad que promediaba los 70 años.
Aunque los investigadores no llegan a ponerse de acuerdo sobre los resultados, resulta evidente que se consigue disminuir el riesgo de cáncer de mama entre mujeres con descendencia, y se calcula que se podría reducir la incidencia del cáncer de mama en un 50% si las mujeres decidieran dar de lactar a sus hijos por periodos de tiempo más prolongados (algo que décadas atrás solía ser normal), pero actualmente predomina la tendencia a alimentar a los niños con biberón.