En el Reino Unido, un grupo de investigadores reunieron datos de empleados públicos para determinar si las desigualdades sociales tienen algún tipo de impacto en las tasas de mortalidad. Más de 9500 empleados fueron evaluados desde 1985 hasta abril del 2009.
Se hizo un seguimiento de consumo de tabaco y alcohol, así como el tipo de dieta y la cantidad de actividad física de los participantes y se llegó a la conclusión que aquellas personas con las posiciones socioeconómicas más bajas tienen un riesgo de mortalidad global que es 1,6 veces más elevada en comparación con aquellas personas de estratos más altos.
Se registraron los porcentajes de contribución a las muertes de los participantes tomando como base una evaluación basal y evaluaciones repetidas, bajo estos parámetros, se identificó que la dieta registra variaciones de 7% a 17% respectivamente para la mortalidad global, la actividad física de 5% a 21% y el consumo de alcohol de 3% a 12% en los índices de mortalidad global, además, el tabaquismo no registró una variación sognificativa cuando se realizaron pruebas basales o repetidas contando con ìndices de 32% a 35% para la mortalidad global.
Los investigadores determinaron que existe una asociación entre el estrato socioeconómico y la Mortalidad, incluso ajustando según las conductas de salud de los participantes.