Los niños asmáticos que sufren alergias alimentarias tienen una mayor probabilidad de sufrir reacciones alérgicas fatales al consumir alimentos, por lo tanto resulta necesario mantener un estricto control del asma en esta población de pacientes. De acuerdo a estudios realizados en el Reino Unido, el asma se incrementó de menos del 5% en 1964 a casi el 25% en 1999, mientras que en Estados Unidos la incidencia de este mal aumentó de 2,5 por mil en 1980 a 6 por mil en 1996, además un estudio de asma reveló que entre el 2001 y 2003 6.2 millones de niños padecían de asma en Estados Unidos. A esto se suma que la prevalencia de alergia a alimentos se ha incrementado en los últimos 10 a 15 años. En Europa la prevalencia de alergia a alimentos oscila entre el 0,3 y el 7,5% en niños y entre el 2 y 4% en adultos.Los especialistas consideran que hay otros factores que están vinculados al aumento de alergias, aunque no han sido comprobados se considera que podrían ayudar en el desarrollo de las enfermedades, estos factores son: el aumento de exposición a ácaros por la acumulación de polvo en casa, una mejor limpieza en el hogar reduce significativamente la exposición a microorganismos, se considera que la obesidad puede incidir sobre la gravedad del asma; además, un estudio indica que la prevalencia de enfermedades alérgicas en niños criados en granjas es menor, se determinó que el consumo de leche no pasteurizada puede contribuir a la desensibilización alérgica.

Los estudios indican que aproximadamente un tercio de los niños que tienen alergia a alimentos, padecen también de asma, y entre el 4 y 8% de los niños con asma tiene alergia a los alimentos, y se ha identificado que el desarrollo del asma se ha relacionado con la sensibilización a ciertos alimentos.

En los Estados Unidos se han identificado ciertos alimentos como los causantes de la mayoría de episodios de alergias entre la población infantil. La leche de vaca contribuye con el 2,5% de todos los casos de alergias, los huevos 1,3%, el maní 0,8%, el trigo y la soja con el 0,4%,  las frutas secas afectan al 0,2% de los infantes, y los pescados y mariscos alcanzan niveles de 0,1% cada uno respectivamente.

En la Unión Europea, se exige a los fabricantes de alimentos procesados que declaren en las etiquetas de los alimentos que comercializan, la presencia de sustancias como sésamo, mostaza, apio, sulfitos y lupinos.

Efectos de la dieta para controlar el asma
Se han realizado diversos ensayos para determinar el impacto de la dieta en el control del asma. Yusoff y su equipo realizaron un ensayo en el que se eliminaron de la dieta de 22 niños asmáticos (entre 3 y 14 años) la leche y los huevos. Los niños capaces de realizar una prueba de pico flujo mostraron un cambio importante en la velocidad de pico flujo respiratorio comparado con un grupo de control. Los resultados de esta prueba condujeron a los investigadores a concluir que una dieta libre de huevo y leche puede reducir los síntomas atópicos y mejorar la función pulmonar en niños asmáticos. No se ha obtenido resultados similares en las pruebas en adultos. Otros estudios obtienen resultados similares a los de Yusoff.

Se ha investigado además los efectos de los antioxidantes (vitaminas C y E), el sodio, el potasio, el magnesio y los ácidos grasos sobre el asma. No se ha encontrado evidencia concluyente que indique que un control de la dieta ayude en la mejoría del asma. Los especialistas recomiendan evitar solo alimentos que contienen el alergeno en pacientes con alergia alimentaria con Inmunoglobulina E (IgE) documentada. Actualmente los especialistas no recomiendan evitar cualquier alimento para el tratamiento del asma.

Los investigadores de este tema indican que los pacientes con alergia alimentaria y asma tienen un mayor riesgo de sufrir un cuadro anafiláctico fatal o casi fatal en comparación con un asmático sin complicaciones adicionales, por ello se hace necesario un tratamiento intensivo del asma por alergia alimentaria y educar al paciente en el uso de un dispositivo con epinefrina inyectable.