Usualmente las mujeres posmenopáusicas consumen regularmente fitoestrógenos, tanto en combinación con alimentos, como bajo la forma de suplementos dietarios. El objetivo de un tratamiento con fitoestrógenos apunta a aliviar los dolores relacionados asociados al síndrome climatérico y se han utilizado los fitoestrógenos como una alternativa a las terapias de reemplazo hormonal, pero hasta el momento no hay estudios que se enfoquen en analizar los efectos negativos de los fitoestrógenos.
Para realizar este trabajo se seleccionaron estudios almacenados en las bases de datos PubMed y el Registro Central Cochrane. Cumplieron con las condiciones del estudio 174 ensayos clínicos con 9629 mujeres. Se procuró identificar por separado cada uno de los efectos secundarios causados por tratamientos con fitoestrógenos. Se separó a las participantes en dos grupos, 5502 mujeres que recibieron fitoestrógenos, y el grupo de control con 4806 mujeres.
Se identificaron efectos secundarios en 2019 mujeres del grupo que consumía fitoestrógenos y 1824 de las mujeres del grupo de control, lo cual representa el 36,7% y el 38% respectivamente.
Los desórdenes de tipo gastrointestinal fueron significativamente mayores en las mujeres consumidoras de fitoestrógenos, no se observaron diferencias significativas al analizar la tasa de desórdenes ginecológicos, muscoesqueléticos o neurológicos. Tampoco se pudo observar una gran diferencia en relación a los efectos específicamente hormonales, ni en los índices de aparición de hiperplasia endometrial, cáncer de endometrio o cáncer de mama.
Los especialistas a cargo del estudio, del departamento de obstreticia y ginecología de la Universidad de medicina de Vienna, consideran que el consumo de fitoestrógenos está asociado a un conjunto de efectos adversos que pueden considerarse seguros.