El ictus es un tipo de enfermedad cardiovascular, que se caracteriza por la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro, afectando los vasos sanguíneos que permiten el paso del torrente sanguíneo; es conocido también como  Accidente Cerebro Vascular. Al no bombear la sangre hacia el cerebro, sea por un una ruptura o bloqueo de los vasos, las células nerviosas del cerebro mueren en tan solo unos minutos por falta de oxígeno.

Se ha asociado el riesgo de estos accidentes cerebrovasculares con factores de riesgo relacionados con la tensión arterial, el colesterol y la diabetes. Las personas con altos niveles de triglicéridos, según un estudio de la Universidad de California, publicada en la revista Neurology, tienen el doble de riesgo de sufrir ictus. Hay una asociación positiva en cuanto a los niveles de triglicéridos e ictus, en todo caso lo que se debería hacer es una evaluación de la terapia hipolipemiante para prevenir los accidentes cardiovasculares.

Mantener niveles elevados de colesterol y triglicéridos en la sangre  desencadena  la acumulación de una placa de colesterol al interior de las arterias, con el tiempo la acumulación de lípidos causa obstrucciones en distintas partes del cuerpo. Al obstruirse los vasos del corazón se causa un infarto al miocardio; al ocurrir esto en el cerebro se produce un derrame cerebral y si se da en alguna de las extremidades produce gangrena, que lleva a la amputación.

Según explica el investigador de la Universidad de California, Bruce Ovbiagele, es importante controlar los niveles de colesterol LDL, y además cuidar los hábitos alimenticios, evitar el cigarro, el alcohol, la vida sedentaria y el sobrepeso.

Otro estudio de la Universidad de Copenhagen, en Dinamarca, ratifica que los niveles triglicéridos y del colesterol LDL (colesterol malo) aumentan el riesgo de padecer de ictus cerebral.