Las zonas muertas son áreas del océano que carecen de oxígeno y no pueden albergar vida. Este fenómeno ocurre porque los humanos utilizamos fertilizantes para cultivar nuestros alimentos y los residuos se vierten a los ríos, una vez que estos nutrientes llegan al océano generan un crecimiento descontrolado de algas, las cuales al morir y descomponerse, consumen el oxígeno que les rodea. Este año la zona muerta que se forma en el golfo de México ha superado los 15 mil metros cuadrados, superando en 17 veces la superficie de la capital de Alemania, Berlín.
La zona muerta que se forma en el Golfo de México varía de tamaño año a año. De acuerdo a la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), el verano pasado la zona muerta del golfo fue la cuarta más pequeña registrada hasta la fecha, con 7,482 kilómetros cuadrados. En promedio se esta mortal región se mantiene alrededor de los 13 mil kilómetros, y alcanzó su mayor extensión en el año 2002, cuando superó los 21 mil kilómetros cuadrados.
De acuerdo a la revista Scientific american, una investigación realizada en el año 2008 reveló que existían más de 400 zonas muertas en el planeta, incluyendo las costas de China, Estados Unidos, Japón, Sudamérica, y otras regiones.
Una de las zonas muertas más grandes del planeta es la del Golfo de México, por esta razón se ha formado un grupo de trabajo para controlar la cantidad de fertilizante que se vierte a los ríos, el «The Mississippi Basin/Gulf of Mexico Water Nutrient Task Force» que se encarga de vigilar la zona y recomendar estrategias para reducir la formación de zonas muertas desde 1997, pero la actividad agrícola e industrial de la región no permite que sea una tarea fácil controlar esta gigantesca zona muerta.