La reducción de la población de abejas es un fenómeno que ya se extiende en todo el mundo. En la Comisión de Agricultura y Reforma Agraria del Senado (CRA) de Brasil se ha iniciado un debate que permitiría adoptar medidas para intentar detener el Desorden de Colapso de Colmenas (DCC) en ese país. El pasado 22 de agosto se reunieron representantes del Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento; la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), y la Confederación Brasileña de Apicultura, para discutir estudios y estrategias para paliar la reducción de colmenas. Los legisladores reconocen la importancia de las abejas para la actividad agrícola, pues se estima que son responsables del 75% de la polinización de plantas y la desaparición de estos insectos supone un grave riesgo para la agricultura.
La discusión que se ha generado en Brasil resulta muy importante y relevante para otros países, por el contexto en el que se desarrolla. A diferencia de Estados Unidos y Europa, donde se han presentado muchos casos de Desorden de Colapso de Colonia, en Brasil no se han reportado oficialmente casos de DCC, solo se sospecha de dos casos: uno en Sao Paulo y otro en Minas Gerais, pero todavía se requiere mayor investigación. Márcio Freitas, representante del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Renovables (Ibama), informó que en su país existen aproximadamente 3 mil especies de abejas nativas, que se desarrollan en condiciones muy distintas a las que enfrentan las abejas de Europa o Estados Unidos.
Freitas destacó que el fenómeno de Desorden de Colapso de Colonia tiene características específicas. El especialista señala que se reconoce el DCC cuando hay ausencia de abejas vivas y muertas en la colonia, pero se pueden encontrar larvas y alimentos en el panal; además, se encuentra en la colmena a la reina y un pequeño grupo de abejas.
Se sospecha que el origen del DCC podría ser el uso de pesticidas, en particular un tipo conocido como neonicotinoides, como la causa del DCC. Pero se han identificado otros agentes que podrían causar la merma de las colonias de abejas: enfermedades, nuevos tipos de hongos, desnutrición, estrés e incluso los antimicóticos utilizados en la agricultura.
Los funcionarios del gobierno de Brasil han decidido iniciar investigaciones para determinar la causa del CCD, y de esa forma esperan tomar las medidas necesarias que permitan prevenir la muerte de abejas. Esta estrategia es importante considerando que Brasil ocupa el quinto lugar entre los países exportadores de miel. En setiembre del 2012, el Ibama estableció una moratoria al uso de neonicotinoides. En aquel momento se carecía de estudios que respalden la seguridad de esos agentes químicos, y por tanto el ente del Estado optó por aplicar el principio de precaución.
En la región la preocupación por el CCD crece. En Chile Claudio Obando, apicultor por más de 30 años, señala que la recolección de miel se ha reducido por debajo del 50%. En Colombia, apicultores indican que en esa zona tropical el problema no ha sido tan marcado como en Europa o Estados Unidos.
Antecedentes
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estima que las abejas se encargan de polinizar el 71% de las 100 especies de cultivos que proporcionan casi la totalidad de alimentos a la humanidad. En el informe «Desorden de las colonias de abejas y otras amenazas para insectos polinizadores» (1), especialistas de la FAO resaltan que: «solo en Europa, el 84% de las 264 especies de cultivos existentes son polinizadas por animales, y gracias a la acción de las abejas existen unas 4000 variedades de vegetales».
Dave Hackenberg es apicultor desde 1962 en Estados Unidos. En el otoño del 2006 encontró desiertos más de la mitad de sus tres mil panales, pero no se encontraban cadáveres de abejas en los alrededores. Luego Hackenberg declaró a la revista Scientific American que él tenía la sensación de «caminar por un pueblo fantasma» al visitar sus colmenas. Hacia la primavera del 2007, los investigadores reconocieron que una cuarta parte de apicultores en Estados Unidos reportaron importantes pérdidas en sus colmenas. En Europa se han reportado extrañas muertes de abejas desde 1998.
Desde la década de los años 40 se había registrado una reducción de la población de abejas del orden del 1%, pero en los últimos cuatro años la pérdida de abejas en las colmenas se ha elevado hasta alcanzar tasas cercanas al 36%.
Diversos países siguen trabajando para determinar la causa de la desaparición de las abejas. La FAO destaca que también debemos observar si el fenómeno es parte de la reducción global de la biodiversidad, pues en la actualidad somos los silenciosos observadores de la desaparición de la biodiversidad en el planeta, una reducción que oscila entre uno y diez por ciento por década.
Frente a los múltiples factores que amenazan la vida de las abejas en Brasil el gobierno ha decidido iniciar las investigaciones para determinar las mejores estrategias para proteger a estos insectos en el largo plazo.
La iniciativa parte de la senadora Ana Amélia (PP-RS), quien manifestó en la reunión: «debemos permanecer alertas y vigilantes, porque es un problema nuevo, y en Brasil, como un importante productor agrícola, la polinización es esencial para -garantizar- la producción y la sostenibilidad. Así que tenemos que seguir haciendo frente a este asunto».
Documentos:
(1) http://www.unep.org/dewa/Portals/67/pdf/Global_Bee_Colony_Disorder_and_Threats_insect_pollinators.pdf