El pasado viernes las autoridades de Arkansas se vieron obligadas a evacuar alrededor de cuarenta hogares, como consecuencia de una fuga de petróleo en el pueblo de Mayflower, en Arkansas. Los funcionarios de la agencia de medio ambiente de Estados Unidos, calificaron el desastre como una «fuga mayor», mientras que algunos medios de comunicación calcularon que se produjo una fuga de alrededor de 189,000 galones de petróleo en una sección del oleoducto Pegasus.
Exxon afirma que la fuga de petróleo se detectó el viernes por la tarde y se desactivó la circulación de petróleo en el oleoducto, activando las válvulas de aislamiento para prevenir un mayor derramamiento de petróleo. De acuerdo a Exxon Mobil se enviaron 15 camiones equipados con aspiradoras para limpiar la zona, mientras que algunos ejecutivos indicaron que se habían removido unos 4,500 barriles de petróleo y agua hacia la tarde del sábado. Medios locales informaron que grupos de personas trabajaban para asegurar que no se filtrase petróleo cerca del Lago Convay.
Esta semana ocurrió otro derrame de petróleo, cuando un tren que transportaba crudo se descarriló y derramó 15,000 galones de petróleo en Minnesota.
Exxon no se puede librar de los desastres. La semana pasada el departamento de Transporte de Estados Unidos sugirió que se le aplique una multa de 1.7 millones por un derrame que se produjo en el 2011 y afectó el río Yellowstone. En 1989 el buque tanque Exxon Valdez derramó en Alaska 250 mil barriles de crudo.