Greenpeace ha anunciado que, al menos por este año, la firma petrolera Shell ha desistido de la perforación de pozos petroleros en el Artico. Los activistas iniciaron su intervención en el barco que partiría desde Nueva Zelanda hacia el Artico en febrero de este año, además se lanzaron campañas de protesta en todo el mundo contra la perforación de prospección programada para este año en el Artico. De acuerdo a GreenPeace, un vertido de crudo en el Artico sería «prácticamente imposible de contener y limpiar». Para evitar la destrucción del Artico Greenpeace lanzó la campaña «Save the Artic» (www.savethearctic.org) y tras lograr casi dos millones de firmas, logró detener las acciones de Shell.

Se calcula que en el Artico se pueden encontrar reservas que servirían para satisfacer la demanda de petróleo por tres años, pero de acuerdo a GreenPeace, la explotación petrolera supone «una grave amenaza para el ecosistema Ártico».

De acuerdo a un comunicado de GreenPeace, si Shell hubiera encontrado petróleo en sus operaciones planificadas para este año, entonces «otros gigantes petroleros acelerarían sus inversiones de miles de millones de dólares para perforar y provocaría una auténtica fiebre del petróleo del Ártico«.

Shell se ha retirado después de que una bóveda especial que fuera diseñada para limpiar el petróleo en caso de derrame se vio dañada y quedó demostrado que Shell no podría actuar en caso de un accidente.

La campaña de Greenpeace movilizó a miles de voluntarios, estudiantes y personas en todo el mundo se unieron a la protesta para detener a Shell. La empresa petrolera invirtió cinco mil millones de dólares en esta operación fallida, ahora resta esperar para saber si Shell intentará regresar a la Antártida el próximo año.