Greenpeace ha iniciado una campaña en Argentina para deterner el avance de los proyectos de energía nuclear que se desarrollarán en ese país. Casi un año después del desastre nuclear de Fukushima, Greenpeace asegura que el desastre de Fukushima habría costado alrededor de 650 mil millones de dólares; además países como Alemania, Suiza e Italia han decidido eliminar sus plantas nucleares, mientras que Argentina va en el camino opuesto.
De acuerdo a GreenPeace, el gobierno argentino ha declarado de interés nacional el uso de plantas nucleares para la producción de energía eléctrica, ya se han firmado los contratos que permiten extender la vida útil de la central Embalse en la ciudad de Córdova y se ha puesto en marcha el proyecto que permitirá construir la central nuclear Atucha II a solo 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.
Alternativa eólica
En el 2009, durante una entrevista para ellitoral.com, el Dr Jaime Moragues, investigador de energías renovables, indicó que, en Argentina, la energía eólica es la que ha logrado mayor avance en relación a los costos de instalación. Para el especialista, existe en ese país un enorme potencial para explotar parques eólicos en la zona sur, por debajo de Buenos Aires.
Ernesto Boerio, ingeniero de Greenpeace, señala en un artículo de pagina12.com.ar «el progreso de la Argentina de hoy tiene que pasar por el desarrollo de las energías renovables. Son las únicas que podrán darnos una independencia real, ya que no necesitan de combustible. La energía nuclear no es avance científico, y menos lo es Atucha II cuya tecnología y diseño son de la década del ’80».
Si de costos se trata, Boerio asegura que los costos de la energía eólica son equivalentes a la mitad de los costos de la energía nuclear. De acuerdo al especialista, la central nuclear Okiluoto-3 en Finlandia tendría un costo de US$ 4000/kW instalado, mientras que el costo de construir parques eólicos reduciría ese costo a la mitad.
Detener las centrales nucleares
Boerio señala que el plan nuclear argentino » omite las instancias de participación, como lo son las audiencias públicas y los estudios de impacto ambiental de las obras. El mensaje que el gobierno nacional da a la ciudadanía es que no importa su opinión y que el impacto ambiental de dichas obras no es importante». Para el ingeniero de Greenpeace el costo de mantener operando centrales nucleares en su país es muy alto.
Para detener el avance de la energía nuclear en Argentina Greenpeace ha iniciado una campaña de recolección de firmas para exigir -a un año del desastre de Fukushima- que el gobierno abandone la energía nuclear.
Campaña de Greenpeace
http://www.greenpeace.org.ar/nuclear/aniversario/landing01_form_video_cyb_AR.html