¿Que pasa cuando empresas de todo el mundo arrasan con el ecosistema marino de un país entero? ¿cómo pueden sobrevivir las personas cuando, en una región específica, la contaminación afecta a toda la región costera? Esto ocurre en Somalia, un país pobre que ha sido blanco de la pesca ilegal y además ha sufrido la sistemática contaminación de sus aguas costeras con residuos industriales y radioactivos. La situación en aguas somalíes se ha tornado caótica y se han multiplicado los grupos armados que capturan barcos pesqueros y petroleros. La mayoría de medios de comunicación se han enfocado en la actividad militar que busca combatir a los «piratas», sin mirar el impacto ecológico y social que ha tenido la actividad ilegal de barcos comerciales en la zona. Una situación que no justifica el uso de la fuerza por parte de los pobladores de las costas de Somalia, pero que explica las causas originaron la aparición de los piratas somalíes.

Muchas veces preferimos cerrar los ojos y no ver el origen de un problema, por ejemplo, preferimos comer a diario una hamburguesa sin considerar que estamos generando la demanda que alimenta a una industria que genera el 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, somos directamente responsables por la contaminación generada por el tipo de productos que preferimos consumir.

En el caso de Somalia la situación es compleja y es necesario mirar la figura completa para ver el origen del problema. Empresas del Asia y de la Unión Europea tienen responsabilidad por destruir el ecosistema marino de la zona. Un informe independiente asegura que, barcos industriales pescaban de forma ilegal en Somalia, al mismo tiempo que otras embarcaciones arrojaban residuos tóxicos en el océano frente a las costas de Somalia. De acuerdo al informe la pesca ilegal realizada en Somalia recolecta unas 500 mil toneladas de atún al año.

Otro grupo de barcos se dedicó a lanzar barriles con sustancias tóxicas en el océano de Somalia durante 14 años. En el 2004, como consecuencia de un tsunami, los barriles radioactivos son varados en la costa de Somalia y mueren más de 300 personas. Además, la web de La radio del Sur, indica que «los casos de niños nacidos por malformaciones genéticas se han triplicado en las últimas dos décadas».

Es curioso que el informe «Tóxic Somalia» publicado en el website de la Radio Televisión Española RTVE.es ha sido retirado del portal y solo queda un resumen del reportaje en el que se indica: «La inestablidad politica de Somalia provocó un tráfico ilegal de residuos tóxicos procedente de países europeos, pricipalmente de Italia. Deshacerse de una tonelada de residuos tóxicos frente a las costas de Somalia cuesta sólo 2.50dólares.  Es el vertedero más barato del mundo y una atractiva fuente de ingresos para, entre otros, la mafia italiana. Sin embargo, cientos de somalíes están cayendo enfermos, envenenados por la basura de otros. Barriles de residuos nucleares acaban con frecuencia en las costas de Puntland y las playas se han cubierto de peces muertos. Dos periodistas italianos ya han perdido sus vidas por investigar este tráfico ilegal de residuos tóxicos».

El reportaje independiente presentado en el portal dotsub.com indica que la ONU cerró el caso tras constatar el desastre y no se ha producido ningún juicio por la contaminación generada. Además el desecho de residuos peligrosos continuaba sin que nadie haga algo al respecto, solo en el 2001 se lanzaron a las costas de África unas 600 mil toneladas de desechos tóxicos.

Frente a los abusos de los países industrializados, la población somalí se organizó para deterner la pesca ilegal y la contaminación con desechos radiactivos en sus aguas. Estos grupos armados se hacen llamar «guardacostas voluntarios de Somalia» y pretenden detener a los barcos que ilegalmente pescan o contaminan el océano africano. En ese contexto, algunos grupos paramilitares se unen a la los guardacostas voluntarios de Somalia y comienzan a capturar barcos. Solo en ese momento reacciona la ONU y se organiza una respuesta armada para detener a los «piratas» y surge la operación ATALANTA, dotada con 8 buques de guerra y aviones de reconocimiento y vigilancia, ampliando pronto su dotación y presupuesto a más de seis millones de euros mensuales.

Desastre ecológico
La situación en Somalia es reflejo también de un problema ecológico que afecta a las empresas pesqueras de algunos países industrializados. De acuerdo al Diario Gestión «En 2008, aproximadamente un 32% de los caladeros supervisados por la FAO estaban sobreexplotados, agotados o recuperándose tras una pesca excesiva y necesitaban urgentemente una mejora para volver a niveles de producción máximos». Además se añade: La mayoría de los caladeros de las principales 10 especies, que representan en total un 30% de la producción marina mundial en términos de cantidad, están sobreexplotadas y por ello no hay potencial para aumentar la producción, según la FAO».

Es la sobreexplotación el problema que ha llevado a muchas empresas a actuar ilegalmente e invadir el mar de un país débil que no podía defender sus costas. Pero los ciudadanos reaccionaron y tomaron la justicia en sus manos. Ahora  ya es tarde, habría sido mucho mejor responder a los reclamos de Somalia cuando se iniciaron los problemas.

Desde luego las circunstancias que atravieza el pueblo somalí no es excusa para el uso de las armas.

Reportaje independiente sobre los «guardacostas voluntarios de Somalia»
http://dotsub.com/view/8446e7d0-e5b4-496a-a6d2-38767e3b520a

El video desaparecido:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/noche-tematica-toxic-somalia/1120779/

Informes  acerca de  la sobrepesca:
http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/naturaleza/2005/11/08/146732.php
http://gestion.pe/noticia/706707/fao-crece-demanda-global-pescado