Se estima que el 60% de las especies de peces que se comercializan en el mundo están sobreexplotadas o agotadas. Además, se calcula que un tercio de las especies capturadas son tiradas por la borda, usualmente muertas, porque son especies que no interesan a los pescadores, porque son peces muy pequeños o porque se ha superado la cuota fijada. Boris Worm de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Nueva Escocia, realizó un estudio analizando datos de pesca recopilados entre 1950 y 2003 y los resultados no fueron nada alentadores. Según los datos obtenidos por el científico, el 29% de especies de pescados y mariscos ya ha colapsado, y la pesca de dichas especies ha caído en un 90%; de acuerdo a Worm, si la tendencia continúa todas las especies de peces y mariscos colapsarían para el año 2048. La caída en la captura de peces ha llevado a algunos pescadores a buscar soluciones que hagan sostenible su trabajo en el largo plazo, con esa finalidad se han creado reservas de pesca que vienen dando resultados alentadores.
Iniciativas como la reserva de Pesca del Bajo Guadalquivir buscan proteger la actividad pesquera en el largo plazo aplicando un estricto control sobre la pesca de especies para permitir que se desarrollen en forma natural los procesos de reproducción que garantizan la disponibilidad de peces a futuro. La reserva del Bajo Guadalquivir se ha dividido en tres zonas con diferentes niveles de protección denominados A, B y C, en la zona A solo se permite extracción de mariscos a pie, en la zona B se puede pescar con redes pequeñas desde embarcaciones censadas con un lìmite de hasta 5 kilos de peces por licencia cada día, y por ùltimo la zona C mantiene las limitaciones de la zona B, pero permita la captura de mariscos con draga hidráulica solo de lunes a viernes. Hasta el momento son pocas las experiencias de reservas de pesca, pero aquellas que han sido implementadas de forma efectiva muestran buenos resultados.
Otra de las estrategias para garantizar la provisión de pescado en el mercado actual es la acuicultura, disciplina que procura cultivar las especies que comercializa, ya sea en instalaciones construídas en tierra o espacios controlados por una empresa en el mar. La demanda de pescado en el mundo sigue creciendo, y las empresas dedicadas a la acuicultura reportan un crecimiento de 10% anual desde el año 1984
Actualmente las autoridades de todo el mundo están mucho más enfocadas en luchar contra la pesca ilegal, dar mayor impulso a regulaciones pesqueras sostenibles, promover el uso de equipos más selectivos o brindar certificación pesquera, pero debería darse mayor impulso a iniciativas que tengan en cuenta todo el ecosistema y no solo una especie en particular, de forma que se garantice la protección de áreas que permiten el desarrollo de diversas especies.