Más de 40 muertos y alrededor de 2000 damnificados ha dejado a su paso un enorme incendio en Rusia. Nuevamente se ha registrado una ola de calor seguida de incendios en este país, en el año 2009 se produjo un fenómeno incluso de mayor magnitud, al arrasar con 950 mil hectáreas, pero este año el fuego ha afectado directamente a decenas de localidades y ha cubierto la capital con un manto gris. Se estima que hasta el 04 de agosto las pérdidas causadas por las llamas bordeaban los 150 millones de dólares.
Durante los primeros días de agosto el fuego se extendió en Rusia por más de 115 mil hectáreas, el Gobierno se apresuró a declarar siete regiones y 500 poblados en emergencia. Pocos días antes se registraron incendios en muchos puntos del país, mientras que la temperatura en la capital Rusa sobrepasó los 38 grados centígrados.
Diarios locales como el Kommersant criticaron a las autoridades indicando que el incremento de temperaturas se registró hace un mes y no se aplicaron medidas de prevención.
Los satélites Terra y Aqua de la NASA detectaron 636 puntos de fuego hacia el 03 de agosto. Se indicó que las regiones Ryazan and Nizhny Novgorod registraron la mayor cantidad de incendios, pero la situación está lejos de terminar. El Centro Meteorológico de Rusia informó que la amenaza de incendios será alta durante la próxima semana en el centro de Rusia y las regiones cercanas al río Volga debido a la ausencia de lluvias y las altas temperaturas, que de acuerdo a los pronósticos, podrían llegar a los 41 grados Centígrados.
Para responder a la emergencia, Dmitri Medvédev, presidente de ese país autorizó, el 30 de julio, la intervención de las Fuerzas Armadas para hacer frente al fuego. Entraron en acción además unos 10 mil bomberos de los cuales tres mil se dedicaron a mantener a salvo instalaciones nucleares en la localidad de Sarov. Las llamas se trasladaron también a la Internet, donde el primer ministro Vladimir Putin respondió al autor de un blog que acusaba al gobierno de haber dejado a su villa indefensa frente a las llamas. «La alarma contra incendios ha sido reemplazada por un teléfono que no funciona… ¿cómo se está gastando el dinero de nuestros impuestos?» publicó un ciudadano en Internet.
Se calcula que se están liberando entre 80 a 100 toneladas de partículas de humo por cada hectárea quemada de bosque. Yevgenia Semutnikova, encargada de monitorear la polución en la capital Rusa indicó que la polución del aire es tres o cuatro veces superior a los niveles normales, por esta razón autoridades del área de salud recomendaron a la población utilizar mascarillas y minimizar la actividad física, pues el solo hecho de respirar en Moscú equivale en este momento a fumar varias cajetillas de cigarros al día.
Animales en peligro
Para apagar los incendios se están utilizando sustancias conocidas como fluorosurfactantes, los cuales son químicos que originan mutaciones genéticas en los animales y que, además, causan destrucción de la capa de ozono.
Alexey Vaisman, experto de la WWF, indica que algunos animales como las aves pueden alejarse rápidamente del fuego, al igual que algunos mamíferos, pero las crías, los animales enfermos, heridos o aquellas especies que son más lentas como los ratones, serpientes, caracoles, anfibios y gusanos serán dejados atrás y perecerán en las llamas. Pero además los incendios están acabando rápidamente con los insectos, hongos y hierbas que constituyen el alimento de los animales, de modo que aunque pudieran luego retornar a sus zonas de origen morirían de hambre.
Vaisman opina que aunque el bosque se queme parcialmente, nada garantiza que se pueda recuperar la vida en la zona, porque el ecosistema se vería seriamente afectado y algunos animales no podrían encontrar la cantidad de alimento necesario para mantenerse con vida.
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