El pasado 21 de junio se produjo el derrame de entre 300 o 400 barriles de petróleo en el río Marañon, la empresa petrolera Pluspetrol reconoció que el derrame se produjo a causa de un accidente en una barcaza que surcaba el río. Por otro lado, una semana después se reportó la contaminación del río Opomayo, en la provincia de Angares, en la región Huancavelica. Estos dos hechos, revelan que las autoridades del Perú no ejercen una adecuada auditoría medio ambiental que garantice que las operaciones de empresas mineras y petroleras son seguras y minimizan el impacto contaminante sobre el agua y suelos de las regiones en las que ejercen su actividad.
El derrame de casi 350 barriles de petróleo en el río Marañón fue publicado en los titulares de los principales medios de comunicación. El derrame se produjo debido a un accidente cuando chocó la barcaza Sanam III, en San José de Saramuro, en una zona cercana al lote petrolero 8 en el que opera la empresa petrolera. El ministro de Ambiente de Perú, Antonio Brack, aseguró a los medios de comunicación que el impacto fue mínimo, por lo cual no debía generarse una alarma entre la población. Lo cierto es que el desastre ocurre en la zona circundante de la Reserva Nacional Pacaya Samiria ( http://www.nature.org/wherewework/southamerica/peru_es/work/art17315.html ) y el accidente pone en peligro a miles de animales de la zona.
Las autoridades han minimizado el desastre, sin embargo medios locales, como el diario La Región, reportaron que algunos pobladores de la zona de Parinari, a unos 30 kilómetros de Saramuro, fueron quienes dieron la voz de alerta. Los pobladores de Parinari carecen de agua potable y utilizan el agua del río Marañon para sus actividades diarias. De acuerdo a estimaciones de especialistas de la Universidad Católica del Perú unas 100 mil personas dependen de los recursos del río para sobrevivir.
En otro punto de ese país, en los andes, pobladores de la región Huancavelica denunciaron la contaminación del río Opomayo debido a un accidente en la presa de relaves de la mina Caudalosa, que generó el derrame de 500 toneladas métricas de relave minero, envenenando las aguas del río y matando a miles de truchas, que quedaron regadas a lo largo del cauce del Opomayo.
Silencio cómplice.
Las autoridades peruanas guardan silencio, mientras los pobladores de Huancavelica, cuya principal actividad es la agricultura, se quejan porque esta no es la primera vez que ven contaminadas las aguas del río Opomayo, pobladores organizados ejecutaron años atrás la campaña “Salvemos el Opomayo”.
De acuerdo a la web de la revista Justomedio ( http://www.justomedio.com/10541/denuncian-contaminacion-en-loreto-por-derrames-de-petroleo-de-pluspetrol ) durante el 2009 se registraron “18 derrames y que el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERGMIN) no ha hecho ni hace nada al respecto”. Además, aunque la empresa petrolera y OSINERGMIN afirman que ha sido remediado el daño causado por el último derrame en la zona, la Federación de Comunicativas del Corrientes (FECONACO) asegura que han contratado consultoras externas cuyos reportes indican que la bioremediación y la revegentación han sido mal ejecutadas. De acuerdo a los denunciantes, las plantas no están creciendo en la zona y los suelos aún conservan casi diez veces la cantidad permitida de químicos.
Video del derrame de petroleo en rio Marañon