01-ibrrcEl derrame de petróleo originado por la transnacional British Petroleum (BP) podría causar daños considerables en la zona de reservas naturales en el golfo de México. De acuerdo al Departamento de fauna salvaje y pesca de Luisiana (http://www.wlf.louisiana.gov/oilspill/), la llegada de la marea negra a las playas de esa región podría afectar a especies amenazadas o en peligro de extinción como la garza rojiza, el aligator de Misissipi, el pelícano marrón, el pájaro silbador y a las tortugas marinas que llegan a las playas de la zona a depositar sus huevos.

El pasado 20 de mayo fotos de cangrejos y tortugas cubiertas de petróleo circulaban entre los principales medios de comunicación, mientras otras imágenes mostraban serpenteantes líneas de petroleo penetrando en las marismas de Louisiana. Ese mismo día, Bobby Jindal, gobernador de Luisiana declaraba a Elmundo.es «no son bolas de alquitrán, ni una capa aceitosa.  Es petróleo pesado entrando en nuestras marismas». Las marismas son zonas en las que crecen cangrejos, ostras y camarones, y gracias a estos espacios naturales Lousiana es uno de los mayores productores de mariscos en los Estados Unidos.

La comunidad está preocupada por animales como los pelícanos o los lagartos, pero los biólogos están aún más preocupados por la vida microscópica de la zona. La vegetación, las algas microscópicas y pequeños  gusanos e insectos que son una parte fundamental del ecosistema podrían ser afectados. Kevin Carman, de la Universidad Estatal de Louisiana afirma que los microorganismos que viven entre los dos milímetros superficiales del lodo del estuario, tienen un impacto enorme en la vida silvestre de la zona, de ellos se alimentan los peces, camarones, ostras y muchas otras especies de la zona. De hecho biólogos marinos estiman que el 97% de las especies marinas del golfo de México dependen de los estuarios en algún punto de su vida.

Si la contaminación mata a los pequeños invertebrados que se alimentan de algas, entonces las algas crecerían sin control, creando una espesa capa en la superficie del estuario e impidiendo que penetre la luz del sol y el oxígeno en la zona. Pero, por otro lado, si los agentes químicos del petróleo eliminan las algas de la zona, los microorganismos que se alimentan de las algas morirían, afectando a todo el ecosistema.

Las plantas también serían afectadas. El profesor Irv Mendelssohn, investigador de las comunidades de plantas de la zona, indica que frente a derrames de petróleo es mejor dejar que la vegetación se recupere sola, porque al tratar de cavar para retirar contaminantes, se puede insertar agentes químicos en el fondo del lodo, y eso podría matar a las plantas. El experto considera que la recuperación de las plantas está asociado al nivel de contaminación, si se trata de una contaminación leve podría recuperarse la vegetación en dos años, pero si la contaminación llega hasta las raíces, o son exterminados los organismos que pueden degradar el petróleo, en ese caso la recuperación podría tomar entre cuatro y seis años.

Oscura amenaza
Al iniciarse esta crisis ecológica, ejecutivos de BP indicaron a los medios que la fuga de petroleo se estimaba en 800 mil litros diarios, sin embargo especialistas independientes informaron el 21 de mayo a Asociated Press que «el derrame pudo ser incluso 10 veces mayor a las estimaciones actuales«. El mismo día autoridades de Estados Unidos anunciaron la filtración de una porción de petróleo en una corriente que podría llevar crudo hacia los Cayos de La Florida y tal vez hacia Miami o Cuba durante los primeros días de junio.
Contaminante

La situación se complicó para BP cuando el gobierno norteamericano le dió un plazo máximo de 24 horas para encontrar un dispersante sustituto al Corexit 9500, un agente químico que, de acuerdo a los fabricantes de este producto, puede causar irritación a en la piel, los ojos e incluso ocasionar problemas respiratorios en humanos bajo una exposición prolongada; además puede dañar el sistema reproductor de la fauna de la zona.  A la fecha BP ha vertido varios miles de litros de dispersante al mar, y Lamar McKay ha reconocido que la empresa no dispone de un sustituto al Corexit 9500.

BP anunció en un comunicado que se encargaría de pagar “todos los costos necesarios y adecuados para la limpieza” del petróleo derramado; sin embargo, el diario New York Times ha informado que la ley federal de Estados Unidos limita la responsabilidad por vertidos de BP a 75 millones de dólares, además de los costos por limpieza, por lo tanto las indemnizaciones podrían cubrirse con un fondo federal financiado por un impuesto aplicado al petróleo, y se pagaría hasta mil millones de dólares en indemnizaciones, de acuerdo al diario.

Corrupción
El turbio escenario se oscureció aún más al conocerse que funcionarios de las agencias de regulación federal, responsables por la zona del Golfo de México, permitieron a personal de la industria petrolera llenar sus propios reportes con lápiz y posteriormente enviarlas a los reguladores para que ellos llenen los formularios con lapicero antes de enviar los documentos a la agencia reguladora. Esta información apareció en un reporte que describe comportamiento inadecuado de funcionarios del Minerals Management Service (MMS) entre 2005 y 2007, donde se detalla que algunos inspectores aceptaron cenas, entradas a eventos deportivos y regalos de empresas petroleras  durante el periodo en el que ejercían cargos oficiales.

Gráfico
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