Científicos de la Universidad St. Andrews en un trabajo conjunto con las universidadaes de Strathclyde y Newcastle descubrieron un método para construir «baterías limpias», dispositivos para almacenamiento de energía que utiliza un componente de carbón y no los químicos contaminantes que en este momento son el componente esencial de todas las baterías. Este componente de carbón reacciona con el aire circundante y consigue aumentar la duración de una batería hasta ocho veces en comparación con una batería convencional.
Esta batería alimentada de aire ha sido bautizada como STAIR (St. Andrews Air). El profesor Peter Bruce del departamento de química de la universidad de St Andrews indica que el componente de carbon será más económico que los químicos que son utilizados en este momento para fabricar baterías, pero estima que pasarán cinco años antes de que las celdas STAIR se encuentren en el mercado.
En este momento la batería tiene una duración 8 veces superior a la que ofrecen las baterías óxido de litio cobalto y los investigadores se han planteado como meta lograr diseñar una batería que tenga hasta 10 veces mayor duración.