Varios presidentes latinoamericanos mostraron su preocupación por el planeta antes y durantes las conversaciones de Copenhague. Lula da Silva, Rafael Correa, Evo Morales y Hugo Chávez reconocieron la necesidad de ejecutar inmediatamente acciones para dejar de contaminar el planeta. Chávez, presidente de Venezuela fue el más enérgico y duro al criticar la inercia con la que se desarrollaron las reuniones en Copenhague y denunció el interés de algunas naciones de imponer un documento que no había sido discutido por la mayoría de representantes que asistieron a la cumbre.
Rafael Correa, presidente de ecuador, indicó que «-en Ecuador- consideramos que el respeto a la naturaleza es respeto a nosotros mismos, por eso somos la primera nación del planeta en haber declarado a la naturaleza como sujeto de derecho en la constitución, reconocemos la necesidad urgente de enfrentar el cambio climático, reduciendo las causas que lo producen y combatiendo sus efectos, invirtiendo fondos públicos en acciones concretas enmarcadas en la planificación nacional de desarrollo». El presidente ecuatoriano indicó que en su país se aplica el programa «Socio Bosque» orientado a proteger el 30% de los bosques nacionales hasta el 2015 y aplicar estrategias para reducir la pobreza en dichas zonas. Adicionalmente el ejecutivo indicó que en las Islas Galápagos se está ejecutando el proyecto «Cero Combustibles fósiles» con miras a lograr que en el año 2015 el archipiélago utilice únicamente fuentes de energía renovable.
Respecto a Copenhague Correa indicó que «en Ecuador estamos ejecutando acciones no solo de mitigación, sino también de adaptación, sin embargo sin un compromiso real y suficientemente ambicioso en los países desarrollados no bastará nuestra sola voluntad, en este sentido, demandamos que los países del anexo 1 cumplan e intensifiquen los compromisos adquiridos en el marco de la convención y del protocolo de Kyoto en relación a la adaptación, la mitigación, el desarrollo y transferencia de tecnologías y el financiamiento. Debemos actuar de manera conjunta y apremiante para enfrentar esta emergencia global».
Evo Morales, presidente de Bolivia indicó que los países ricos planteaban en copenhague lograr una reducción de los gases de efecto invernadero en un 50% hasta el 2050, mientras que “los pueblos que luchan por la vida” buscaron en Copenhague una reducción de emisiones del 100%, pero el presidente reconoció que las discusiones entre presidentes se encontraban estancadas y por ello sugirió que en abril del 2010 los países sometan a un referéndum las políticas a seguir para combatir el cambio climático y de esa manera dejar que los pueblos elijan las políticas a aplicar para reducir las emisiones tóxicas.
Por su parte el presidente Lula de Brasil manifestó estar frustado porque las naciones que participaron de la cita de Copenhague fueron incapaces de llegar a un acuerdo satisfactorio.
Aunque su línea política es cuestionable para muchos, Hugo Chávez, presidente de Venezuela fue el presidente que lanzó las críticas más ácidas en torno a la reunión de Copenhague. En esencia Chávez indicaba que el capitalismo es la causa de toda la contaminación y la distribución desigual de la riqueza y alimentos en el planeta.
El presidente venezolano indicó que son los jóvenes los más preocupados por el futuro de la humanidad y destacó que entre los manifestantes en las calles se escuchaban algunos reclamos a sus gobernantes como: “No cambien el clima, cambien el sistema”, y consideró que al cambiar el modelo capitalista se empezaría a salvar el planeta, porque en su opinión “el capitalismo como modelo de desarrollo destructivo está acabando con la vida y amenaza con acabar definitivamente con la especie humana”. Otra de las frases que Chávez rescató de las calles fue: “Si el clima fuera un banco ya lo hubieran salvado” y resaltó “Los ricos están destruyendo el planeta ¿será que piensan irse a otro cuando acaben con este?”.
El presidente de Venezuela se apoyó en algunos párrafos del libro “Cómo los ricos destruyen el planeta” de Hervé Kempf (http://www.icarialibreria.com/product_info.php/products_id/2788 ) y destacó: “No podremos reducir el consumo material a nivel global, sino hacemos que los poderosos bajen varios escalones y no combatimos la desigualdad, es necesario que al principio ecologista -tan útil a la hora de tomar consciencia- de pensar globalmente y actuar localmente, le sumemos el principio que impone la situación: consumir menos y repartir mejor”.
Para Chávez el cambio climático es “el problema ambiental más devastador del presente siglo”, y destacó que la actividad humana pone en riesgo la sostenibilidad, generando un gran peligro para la vida en el planeta. Pero la emisión de contaminantes resulta desigual en el globo y destacó que 500 millones de personas, o solo el 7% de la población mundial, son los responsables del 50% de las emisiones contaminantes del planeta.
Para el líder de la nación venezolana, resulta desigual realizar una comparación entre Estados Unidos y a China en cuando a los contaminantes que vierten en el planeta. Durante su discurso el ejecutivo indicó que China tiene 5 veces más población que Estados Unidos, pero Estados Unidos consume más de 20 millones de barriles diarios de petróleo mientras que China consume alrededor de 6 millones de barriles de petróleo a diario, por tanto el presidente considera que no se puede pedir establecer los mismos límites a ambos países, “hay allí temas por discutir”, indicó.
Problemas como la deforestación, desertificación, pérdida de diversidad biológica, son cada vez más frecuentes en el planeta y el 60% de los ecosistemas del planeta están dañados, pero no se llegan a acuerdos “han transcurrido dos años de negociaciones para concluir un segundo periodo de compromiso bajo el protocolo de Kyoto y asistimos a esta cita (Copenhague) sin un acuerdo real y significativo”, además denunció que en la reunión se filtró un documento que no había sido discutido por los grupos de trabajo, el cual se pretendía imponer “no me parece lógico que salga ahora un documento de la nada”.
El objetivo de reducir los gases contaminantes “parece haber fracasado” indicó Chávez y acusó que la razón de este fracaso es “la actitud irresponsable y la voluntad política de las naciones más poderosas del planeta” además indicó que la brecha entre ricos y pobres no ha dejado de crecer con una montaña de promesas incumplidas, c uando las naciones pobres requieren del apoyo financiero y tecnológico de las naciones ricas para enfrentar los retos que plantea el cambio climático.
Chávez ofreció cifras en las que destacó que el 40% de la población mundial recibe solo el 5% del ingreso mundial. Por la pobreza mueren 9,2 millones de niños antes de alcanzar su quinto cumpleaños, existen 1100 millones de personas sin acceso al agua y más de 800 millones de analfabetos y más de mil millones de personas hambrientas en un planeta en el que el ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones de personas más pobres.
El presidente de Venezuela, refiriéndose a la relación de los países ricos y los del tercer mundo, señaló que “los más fuertes sobreviven sobre las cenizas de los más débiles” e indicó que para lograr evitar la opresión de los más poderosos se hace necesaria una norma, un acuerdo, pero denunció que en Copenhague “hay algunos países que están jugando a que aquí no haya un documento, porque precisamente no quieren una norma, porque la inexistencia de esa norma les permite jugar su libertad explotadora, su libertad arrolladora. Presionemos aquí y en las calles para que aquí salga un compromiso, salga un documento que comprometa a los países más ricos del planeta”.
Pero el resultado de Copenhague fue muy no derivó en un documento que permita reducir las emisiones de gases contaminantes en el planeta, y ahora solo resta esperar por las negociaciones que se realizarán en México.