(Boletín Funiber 08 – 2009) En Chile, un estudio demostró que la ocurrencia de incendios forestales «ha experimentado un incremento significativo en los últimos 25 años, llegando a superar los 7500 incendios en la temporada 2002-2003, comparado con cifras que indican que antes de 1972 había menos de 1000 incendios por temporada». El informe indica que el incremento pareciera aún no alcanzar su punto máximo «porque no se observa una declinación del número de incendios a pesar de los esfuerzos realizados por los programas de prevención desarrollados». Pero los incendios forestales afectan también a otros puntos del planeta.
Los científicos alrededor del mundo están de acuerdo en que los desastres naturales que la Tierra experimenta son producto del cambio climático y resultado de la actividad humana contaminante. Una de las consecuencias más alarmantes es el problema de los incendios forestales a causa del calentamiento global y el incremento de las temperaturas. Cada año los incendios ocasionan daños a una superficie de 350 millones de hectáreas, ocasionando pérdidas de vidas, propiedades y medios de subsistencia.
Los incendios forestales que no se controlan agudizan aún más el calentamiento global, la contaminación del aire, la desertificación y la pérdida de biodiversidad.
Por citar un ejemplo, cada año en Etiopía y Sudán los incendios destruyen millones de hectáreas, dejan desamparadas a miles de personas y sin medio de sustento. En Sudán, entre el año 2000 y 2008 se produjeron 200 mil incendios, cifra que se vio duplicada en Etiopía durante el mismo período.
En febrero de este año, la ola de calor que alcanzó un récord de 47 grados Celsius en Australia ocasionó la muerte de 173 personas en Victoria y Nueva Gales, así como la pérdida de viviendas, hábitats y biodiversidad. En el 2009, los incendios en esta zona mataron a 173 personas, dejaron a 7500 sin hogar, destruyeron alrededor de 2mil viviendas y quemaron una superficie de 450 mil hectáreas. El pasado mes de julio, los incendios forestales incontrolados provocaron la evacuación de más de 10 mil personas en el oeste de Canadá. Europa, no se salva de la destrucción; en Grecia, España y el sur de Francia han sido afectados por el fuego, causando la muerte de varios bomberos.
En la ciudad de los ángeles se inició un incendio el pasado 26 de setiembre, y tres días después del inicio del fuego, más de tres mil bomberos solo habían logrado controlar el 5%. Se calcula que el incendio ha afectado 7 mil hectáreas y existiría riesgo de que llegue a zonas pobladas. Al cierre de esta nota, los bomberos luchaban por contener el incendio utilizando la carretera 101 como cortafuegos, el supervisor del condado de Los Ángeles Zev Yaroslavsky manifestó: «Como salte la 101 no parará hasta llegar al océano».
Ante esta situación crítica la prevención y vigilancia constante son las medidas más eficaces ya que ayudan a actuar con anticipación y evitar daños significativos. A causa del aumento de estos desastres naturales en zonas como el Mediterráneo, África, Australia, Canadá y Estados Unidos, la lucha contra los incendios se ha visto un problema de principal interés en resolver, ya que involucra la salud humana, la protección del medio ambiente y la gestión de recursos naturales.
La participación de las comunidades locales, la actividad de los gobiernos y de organismos son de vital importancia para contribuir a la disminución de incendios de tales dimensiones. La FAO trabaja en paralelo con la Agencia Espacial Europea y la NASA, usando satélites para controlar los incendios a través de un sistema de alerta temprana que permite la obtención de datos sobre ubicación del fuego y la pérdida de biomasa y biodiversidad.
De lo que se trata es lograr una actividad integrada que permita la solución a este tipo de desastres y que incluya la prevención, alerta temprana, vigilancia, evacuación y extinción de incendios.