El urbanismo se fundamenta en las demandas de la población: asentamiento, movilidad y distribución en un determinado espacio. Sin embargo, actualmente responde a intereses más amplios y complejos, y además de dar respuestas a las demandas, también provoca cambios en el estilo de vida de la ciudad.
Esta reflexión, desarrollada por el estudiante de arquitectura Alejandro López Parejo, en un artículo publicado en el sitio web plataformaurbana.cl, estimula un debate sobre el sector.
De acuerdo a López Parejo, el urbanismo del siglo XX no ha respondido a las necesidades sociales para satisfacer las demandas políticas y empresariales, “generando una conciencia de laissez faire en aquéllos que un día deberían estar al servicio de la sociedad civil”, apunta.
El urbanista español Fernando de Teran, durante una conferencia en Madrid, recordó que el desarrollo de las ciudades debía producirse de acuerdo con las estrategias resultantes de consensos sociales, ejecutadas y asesoradas por expertos. Las peores situaciones urbanas son producto de la falta de planificación adecuada.
Algunos ejemplos incluyen la construcción de espacios elitistas, corrupción inmobiliaria, barrios separados de la ciudad, sistemas de transporte inadecuados, destrucción ambiental, problemas sanitarios y “ciudades sin alma”.
Una amplia gama de problemas urbanísticos. Los profesionales de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, investigadores o estudiantes en formación continua en FUNIBER, a través de los cursos de maestría y doctorado, tienen como reto el cambio de la conducta actual basada en intereses financieros.
El artículo provoca la reflexión sobre una actuación urbanística dirigida a los ciudadanos, al contrario que la práctica como posibilidad de negocio y enriquecimiento personal. Al final, como señala López, “la ciudad tiene que ser, hoy más que nunca, un reflejo de sus habitantes, anteponiendo el interés común por delante de los imperativos puramente económicos que por décadas ha creado y generado desarrollos ad hoc para dar respuestas a la demanda especulativa”.
Fuentes: http://fnbr.es/13a, http://fnbr.es/13b
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