El legado urbanístico de los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos a menudo sirven como una oportunidad para cambios urbanísticos en la ciudad sede. Pero es fundamental que todas las inversiones financieras sirvan como un legado para proyectos que trasciendan lo deportivo y realicen una transformación urbana positiva para el porvenir.
Un ejemplo es Barcelona 92 que dejó una importante herencia arquitectónica para la ciudad con la ampliación del aeropuerto y la recuperación de 4km de costa para uso ciudadano. Las zonas marginales de la ciudad y algunas plantas industriales se transformaron en parque de viviendas y áreas recreativas.
En el caso de Barcelona, si no fuera por los Juegos Olímpicos, la ciudad tomaría décadas para concretar los cambios.
Más recientemente, en Londres 2012, una región degradada de la ciudad ganó más centralidad al recibir parte del evento e integró la zona a otras regiones desarrolladas de la ciudad. Actualmente, la Ciudad Olímpica de Londres es una referencia mundial en mitigación.
En los próximos Juegos Olímpicos, en Rio 2016, la propuesta es también dejar un legado a partir de algunos proyectos como el Porto Maravilha. Se espera revitalizar una zona portuaria olvidada durante décadas, conocida por la falta de seguridad y degradación. Al total son 500 hectáreas que se transformarán en la puerta de entrada a los turistas que llegan en cruceros, en espacios de alojamiento para periodistas y árbitros, además de como incorporar estructuras para la movilidad a través de un transporte urbano integrador intermodal (Vehículo Leve sobre Trillos) y teleférico.
Para la remodelación será necesario demoler 1 km del Elevado do Perimetral, un viaducto que impide la conexión de la zona con el mar. Además, algunos edificios industriales serán transformados en museos o centros de formación.
Para concretar la transformación urbanística fue realizado un plan de acción llamado “Operación Urbana Consorciada de Porto Maravilha”, a través de una participación público-privada que implica incorporar el sector privado a la gestión de obras sin afectar los gastos públicos. Sin embargo, hay muchas críticas con relación a la falta de control de la sociedad en el proyecto y en la ejecución, provocando críticas a la corrupción y mejorías en los servicios públicos de las mayores demandas sociales.
Fuentes:
http://fnbr.es/zf
http://fnbr.es/zg
Imagen: