El proyecto de construcción PowerHouse, desarrollado en Noruega, logra renovar edificios antiguos, sin la necesidad de derribarlos, convirtiéndolos en construcciones ejemplares para la sustentabilidad. En el barrio Kjørbo, localizado en Bærum, en la región metropolitana de la capital Oslo, el proyecto reformó un edificio construido en los años 80, a través de la colaboración entre empresas dedicadas a desarrollar proyectos sostenibles, como la oficina Snøhetta, la constructora Skanska, la organización ambiental ZERO, las compañías de aluminio Sapa and Hydro, la consultora Asplan Viak y la empresa de gestión de proyectos Entra Eiendom.
El objetivo del proyecto fue transformar el edificio creando posibilidades para que el mismo produzca más energía de la que se consume en toda su vida útil. Para ello, fue necesario un cálculo de la energía incorporada de todo lo que entra y compensarlo con energía generada en el lugar durante toda la vida útil del edificio, prevista para 60 años.
¿Cómo? Pues llevando en cuenta la energía incorporada y el tiempo que se tarda en devolver el valor consumido en dinero, también en la elección de los materiales y en las huellas de carbono, de acuerdo con PowerHouse Project, serán generados 200 mil kWh de los cuales serán gastos menos de la mitad para poder funcionar.
En vez de consumir y gastar, el edificio ofrece soluciones al ambiente. Por ejemplo, las paredes, los techos y las ventanas están aislados por una protección solar exterior e interior, así como la instalación de paneles solares. Las estructuras ayudan a mantener el clima interior sin la necesidad de refrigeración y aprovechan la luz exterior.
Con el uso de soluciones sencillas, la economía aliada a la conservación del ambiente está garantizada con el proyecto, que ha sido considerado el edificio más ecoamigable del mundo.
Fuente: http://fnbr.es/p7
Foto: Divulgación/http://fnbr.es/p8