Un artículo publicado en la revista American Journal of Geriatric Psychiatry indica que el desorden depresivo mayor (DDM) genera el mismo nivel de discapacidad tanto en adultos jóvenes como en adultos mayores, considerando la comorbilidad de desórdenes psiquiátricos y una calidad de vida disminuída. El diagnóstico de DDM en adultos resulta menor, porque se percibe una menor necesidad de tratamiento, y como resultado los pacientes son menos propensos a buscar tratamiento, pero debería alentarse a mantener un buen estado de salud mental entre los ancianos.

El estudio buscaba determinar la correlación clínica y sociodemográfica entre las tasas de diagnóstico de DDM y la tasa de personas que buscaron tratamiento, de acuerdo a la cuarta edición del Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Desórdenes Mentales, buscando la asociación entre comorbilidad de desórdenes psiquiátricos y la percepción de estado de salud.

Se obtuvieron los datos para el estudio de la Encuesta Epidemiológica Nacional del 2001 – 2002 en referencia a la encuesta sobre alcohol y condiciones relacionadas. Una encuesta de largo alcance, con la participación de más de 43 mil personas de Estados Unidos.

Se compararon los resultados de personas mayores de 65 años que no habían tenido un diagnóstico de DDM en los últimos 12 meses con la percepción de personas que reportaron DDM en el último año, en conjunto con desórdenes psiquiátricos. a excepción de la distimia, no se encontraron relaciones significativas entre la comorbilidad por enfermedad, la depresión de toda la vida y los efectos de la comorbilidad de todo un año al comparar entre edades. Al compararse con personas más jóvenes en un periodo de 12 meses, se identificó que los ancianos hacían un menor uso de los servicios de salud.

Fuente
Link: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1064748113002376