Debate sobre la agenda europea para el futuro de las ciudades

El debate sobre las transformaciones urbanas, que debe atender a las demandas sociales actuales y futuras, es una tarea constante y amplia. Un ejemplo es la necesidad contemporánea de la ciudad más tecnológica, tendencia que se conoce por el término smart city. Más que un término, el concepto plantea garantizar un entorno con la tecnología utilizada a favor de la calidad de vida del ciudadano, aplicada a los distintos contextos urbanos.

Fernando de Porras-Isla, arquitecto y profesor de la Universidad Europea de Madrid, resalta la importancia de este debate en el artículo “Tendencias dominantes en la agenda europea sobre el futuro de las ciudades”, publicado en el sitio Plataformaarquitectura.com. “La Unión Europea enfrenta una nueva realidad sociopolítica de la cual no es ignorante: la relevancia de las ciudades como elementos consistentes de identidad y sobre todo de generación de progreso, relevancia de que tendrá que incrementarse en los próximo años”, escribe el profesor.

Como ejemplo, cita el documento “Ciudades de Mañana. Retos, Visiones y Perspectivas”, elaborado por un extenso panel de expertos bajo la supervisión de la Comisión de Política Regional de la Unión Europea (EU), en el 2010.

 

El estudio indica la necesidad de implementar la diversidad y la innovación en las ciudades europeas, evitando aspiraciones segregadoras, conflictos sociales y alejamientos físicos. Los nuevos tiempos exigen estrategias globales y una constante conexión con el digital. De acuerdo con el documento, “las ciudades son esenciales para el éxito de la estrategia Europa 2020”.

La responsabilidad de la ciudad relacionada a la reducción de las emisiones de carbono, a los modos de gobernanza y a la exclusión de pobreza enérgica son algunos de los retos indicados por el estudio para las ciudades del futuro.

Fernando de Porras-Isla, en el artículo, llama la atención a la utilización de los términos que muchas veces llevan hacia interpretaciones ambiguas. Por ejemplo, en el caso del término smart city, la esperanza por una ciudad más tecnológica y con mejor calidad de vida esconde también la administración urbana dividida entre empresas multinacionales.

El autor recuerda que los cambios exigen que arquitectos, urbanistas y pensadores estén insertados en los debates sobre las tendencias dominantes, para evitar interpretaciones con efectos negativos.

Fuente: http://fnbr.es/rm

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