Otra cumbre se ha cerrado con acuerdos que carecen de compromisos concretos o plazos para aplicar estrategias que nos permitan salvar al planeta, solo se ha aprobado un documentos que comprende «mínimos». Las organizaciones dedicadas a la defensa del medio ambiente llaman ahora a la cumbre Rio+20 «el Greenwashing+20», porque consideran que las reuniones, en realidad, se han realizado solo para cubrir las apariencias y todas las acciones logradas son solo maquillaje verde que se desprende de todo compromiso.
Venezuela y Estados Unidos pueden no estar de acuerdo en el ámbito político, pero ambos países se han unido para oponerse a la propuesta de protección de aguas internacionales. Pero no fueron los únicos, Rusia y Canadá les brindaron su apoyo.
Las ONG procuraban que en esta cumbre se apruebe una norma por la cual se eliminen las subvenciones a los combustibles fósiles, pero esa iniciativa fue desechada. Representantes de Greenpeace manifestaron su descontento porque esperaban que se reduzca la dependencia del petróleo y se incremente el apoyo a las energías renovables.
Muchos consideran que el documento aprobado en la cumbre es «decepcionante». Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (PNUMA) considera que no se debe perder la esperanza, porque el documento contiene muchas propuestas (aunque no considera compromisos, plazos o metas concretas). Steiner considera que el documento podría servir como punto de partida en las negociaciones de la próxima Asamblea General de la ONU en setiembre.
Algunas propuestas
Durante su discurso, el presidente de Uruguay, José Mujica, propuso una idea que va más allá de la defensa de la ecología. El mandatario hizo un llamado para defender «la felicidad humana», pues de acuerdo a Mujica el modelo económico que hemos creado «nos gobierna» y debemos replantear nuestro modelo de desarrollo.
Mujica llamó la atención de los gobernanten en su discurso: «¿Estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? La gran crisis NO es ecológica, es política. El hombre NO gobierna hoy las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado lo gobiernan al hombre(…) La crisis del agua, de la agresión al medio ambiente, no es una causa, la causa es el modelo de civilización que hemos montado y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir…El desarrollo no puede ser en contra de la felicidad, tiene que ser a favor de la felicidad humana, del amor…Cuando luchamos por el medio ambiente, el primer elemento del medio ambiente se llama la felicidad humana»
Algunos presidentes sostuvieron puntos de vista a favor de la defensa del medio ambiente. Rafael correa planteó su iniciativa Yasuní-ITT para recaudar fondos que permitan el desarrollo local a cambio de no explotar una reserva de petróleo en la Amazonía. De acuerdo al mandatario, los fondos podrían considerarse como una «compensación que serviría para pagar la deuda ecológica de los países ricos».
Dimitri Medvédev, primer ministro ruso, invitó a los presidentes a tomar acción inmediata y que cada país establezca su propio plan contra el cambio climático de forma voluntaria y que divulguen sus metas. Luego declararía que necesitamos un modelo de desarrollo que permita brindar bienestar a nuestra sociedad sin que sometamos a la naturaleza a grandes presiones.
El presidente cubano Raúl Castro advirtió que «es momento de dejar de lado las justificaciones y egoísmos y busquemos soluciones. Esta vez, todos, absolutamente todos, pagaremos la consecuencias del cambio climático».
Muchos son los intereses que deben defender los países para asegurar el bienestar de los ciudadanos. Los intereses económicos predominan dentro de las negocioaciones, pero debemos recordar que los presidentes obedecen a sus respectivos ciudadanos y a las empresas que hacen posible el desarrollo económico de una región. ¿Estarían dispuestos los países del primer mundo a renunciar a algunas comodidades para salvar al planeta? ¿Estamos dispuestos todos a reducir nuestro consumo de petróleo y energía?; crecemos sí, pero ¿hacia adónde? ¿cuál es nuestra meta como humanidad? son algunos planteamientos que engranarían a la humanidad con el planeta y deberíamos resolver.