La falta de zinc en el organismo de personas ancianas está asociada a inflamaciones, enfermedad cardíaca, diabetes e incluso cáncer. Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Oregon demuestra que las personas de la tercera edad pueden desarrollar una deficiencia de zinc, incluso consumiendo los niveles recomendados de este mineral en su dieta.
Los investigadores realizaron pruebas con ratones y descubrieron que los ratones más viejos padecían deficiencia de zinc incluso con una dieta que contenía cantidades adecuadas del mineral y desarollaban una mayor respuesta inflamatoria.
Solo cuando los ratones viejos recibieron una dosis diez veces superior a las dosis suministradas a los ratones jóvenes se logró reducir la deficiencia de zinc. Los resultados de la prueba fueron publicados en la edición en línea de la revista Journal of Nutritional Biochemistry.
Emily Ho, profesora asociada de la Facultad de Ciencias Biológicas y de la Salud Poblacional, asegura que estudios previos han demostrado tanto en humanos como en animales que la deficiencia de zinc puede provocar daño en el ADN y afirmó que «este nuevo trabajo muestra cómo podría ayudar a conducir a la inflamación sistémica».
Los investigadores indican que los resultados con animales no necesariamente se pueden trasladar a los humanos, pero recalcan que en este momento la dosis recomendada de zinc para ancianos es similar a la que se suministra a individuos jóvenes, por tanto, si los ancianos reducen su capacidad de asimilar el mineral deberían incrementar la dosis en sus dietas.
Para personas ancianas se recomienda tomar complementos dietéticos que les suministren 11 miligramos a los hombres y 8 miligramos a las mujeres, se debe considerar además carnes y mariscos.
FUENTE: Oregon State University, news release, Oct. 1, 2012