La osteoporosis es una enfermedad en la que se va perdiendo masa ósea y el hueso se vuelve más poroso, delgado y frágil, resistiendo peor los golpes y rompiéndose con facilidad. El problema se agrava con el paso de los años, especialmente en mujeres posmenopáusicas cuando se reducen los niveles de estrógeno. Sin embargo, los huesos del cráneo que no sufren las presiones del movimiento son particularmente resistentes a las fracturas.
Para determinar el origen de esas diferencias, científicos de la Universidad de Londres analizaron genes y huesos de extremidades y cráneos en roedores. Descubrieron que el estrógeno era más importante para las células óseas de las extremidades. Las diferencias entre ambos huesos son tan grandes que es posible que aparezcan en la primera etapa de la vida, quizás cuando los huesos se forman en el vientre de la madre. Según Simon Rawlinson, profesor de biología de la Universidad de Londres, esta investigación «es prometedora porque nos revela por qué los huesos del cráneo se mantienen fuertes pese al paso de los años en comparación con los de brazos y piernas».
«Ahora comprendemos mejor el fenómeno y también comprendemos mejor la osteoporosis y con ello se han abierto nuevos frentes en la investigación en busca de un tratamiento o prevención de la enfermedad», indicó.
Reducir riesgo de cáncer
De otro lado, expertos señalaron que los fármacos con bisfosfonatos que combaten la osteoporosis también ayudan a prevenir el cáncer de mama.
Un análisis realizado por Womens Health Initiative, entre mujeres que tomaban un tipo común de fármaco para la osteoporosis llamado bifosfonato, concluyó que estas desarrollaron menos cánceres invasivos que las que no usaron el medicamento. Unas 150.000 mujeres posmenopáusicas participaron en el estudio y registraron 32% menos casos de tumores mamarios que el grupo no consumidor.
“La idea de que el bifosfonato pueda reducir la incidencia del cáncer de mama es muy interesante porque en Estados Unidos se extienden unas 30 millones de recetas para tratar los problemas óseos y se podrían usar muchas más para contrarrestar la osteoporosis y el cáncer de mama”, dijo Rowan Chlebowski, autor principal del estudio y jefe de oncología de Los Angeles Biomedical Research Institute.