cow by Simon Aughton Flickr-smallLes presentamos el documento «La larga sombra del ganado», editado por la FAO en el año 2006, en donde se realiza un análisis minucioso del impacto que tiene la ganadería intensiva sobre el medioambiente, no sólo en un entorno local, sino también global. Este es un documento de lectura obligatoria para todos los especialistas dedicados al estudio del medio ambiente.

El documento destaca que los funcionarios en áreas de gobierno relacionadas al medio ambiente deberían considerar la industria ganadera como fundamental al momento de «diseñar políticas encaminadas a la solución de los problemas relacionados con la degradación de las tierras, el cambio climático, la contaminación atmosférica, la escasez y contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad», considerando además que se podrían lograr notables reducciones de la industria ganadera en el impacto en el medio ambiente a un costo razonable.

De acuerdo a la investigación realizada por la FAO, se estima que la producción de carne podría duplicarse en algunas décadas, pasando de 229 millones de toneladas en 1999 a 465 millones de toneladas en el 2050, y es necesario evitar incrementar el daño que se ocasiona actualmente al medio ambiente, por tanto debería reducirse a la mitad el impacto ambiental de la industria ganadera a medida que esta industria crece.

Se hace necesario regular y supervisar el impacto ambiental que tienen las actividades de la industria sobre las áreas de pastoreo que ocupan. En el caso de crianza intensiva en ambientes controlados, se hace necesario regular el uso de recursos naturales escasos como tierra y agua, así como la gestión de desechos que se generan en el proceso de producción de carne. Cabe resaltar que el informe de la FAO indica que la industria ganadera utiliza el 70% de la superficie agrícola. Además se estima que la ganadería y las industrias relacionadas a esta actividad ocupan el 30% de la superficie libre de glaciares en el planeta. Algunos estudios indican que un gran porcentaje de tierras destinadas a la ganadería sufre alguna forma de degradación como consecuencia del sobrepastoreo, la compactación y la erosión del terreno, como consecuencia directa de la crianza de ganado.

El informe de la FAO indica que el sector ganadero es responsable de la producción de 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), cifra que es más elevada que la contaminación generada por los medios de transporte convencionales. El sector pecuario sería el responsable de la producción del 9% de las emisiones de CO2 de origen antropógeno, el 37% del metano antropógeno, el 65% del óxido nitroso antropogéno (sustancia que posee un potencial de calentamiento global 296 veces superior al CO2), y además esta actividad comercial genera el 64% de emisiones antropógenas de amonio, contribuyendo con esta sustancia a la lluvia ácida y acidificación de ecosistemas.

El agua es otro de los recursos que resulta clave para el futuro de la humanidad. La industria ganadera hace uso del 8% del agua dulce a nivel global, sobre todo para el riego de forrajes; además se ha detectado que la industria pecuaria es responsable en Estados Unidos por el 30%  de descarga de nitrógeno y fósforo en fuentes de agua dulce.

El incremento del consumo de carne en sociedades industrializadas como Estados Unidos, y ahora en China, tiene un grave efecto contaminante sobre el planeta. Solo será posible reducir la contaminación por efecto de la industria ganadera si se mejoran las prácticas de crianza y a la vez se reduce la demanda de carne a nivel global.

El documento presentado por la FAO plantea algunas estrategias de solución para el problema de la contaminación generada por la industria ganadera.  entre las iniciativas destacan normas como aquellas orientadas a regular las escalas, rendimientos o desechos, lograr una adecuada asignación de precios al uso de recursos naturales como el agua o el suelo (hasta ahora infravalorados), o el uso de vertederos para desechos. También se plantea establecer tasas que reflejen los costos ambientales, la eliminación de subsidios, establecer pagos por servicios ambientales, y generar tasas destinadas a  la conservación de hábitats de flora y fauna silvestres (que usualmente son destruídos para el cultivo de forrajes).

Se hace necesario un análisis del tema desde la óptica política y establecer normas a nivel regional, tras un delicado análisis del impacto ambiental de la industria ganadera en cada región.

Descargue el informe de la FAO desde este enlace:
ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/011/a0701s/a0701s00.pdf