Reconfigurar el sistema de salud, tras la COVID-19

Informe Impacto de la COVID-19 en lo NO-COVID-19 nos indica la necesidad de repensar los sistemas de salud y la capacidad de asistir a los pacientes, principalmente después de la pandemia.

La pandemia derivada de la COVID-19 ha afectado y cambiado muchos aspectos de nuestra vida. Estos cambios han surgido de manera súbita y todavía estamos adaptándonos a las nuevas variantes y situaciones que vienen ocurriendo desde el inicio de los contagios.

 

Entre estas situaciones, el atendimiento a los pacientes en los sistemas de salud ha sido un elemento central. La capacidad de intervención sanitaria ha variado mucho en los diferentes países y de acuerdo con las economías, pero algunos factores han sido muy comunes en todo el planeta.

 

Entre lo que se ha percibido en este ámbito, podemos comentar sobre nuestra capacidad de adaptación ante lo inesperado y la necesidad de control de una pandemia con medidas preventivas.

 

Salud mental

 

Sin embargo, hay otro tema menos comentado en los grandes medios de comunicación que se refiere a enfermedades no relacionadas al contagio de COVID-19. Por ejemplo, el impacto en la salud mental derivada del asilamiento social, del miedo al contagio y síntomas, el duelo del fallecimiento de familiares y amigos cercanos, entre otros factores derivados de la actual situación que han tenido consecuencias sobre la salud mental de diferentes personas y colectivos.

 

Una encuesta realizada por el Foro Europeo de Pacientes en 19 países de Europa, en octubre de 2020, encontró que la salud mental era una de las mayores inquietudes (53%), puesto que los trastornos depresivos podrían aumentar hasta un 20%. Además, un 65% afirmó haber sufrido de estrés y angustia por la pandemia.

 

Además, la suspensión de muchas actividades y la crisis económica resultante han provocado muchos desempleos. Como se ha evidenciado en muchos estudios, hay una relación bidireccional entre salud mental y desempleo. El desempleo provoca estrés, que tiene efectos fisiológicos a largo plazo en la salud y puede tener consecuencias negativas para la salud mental de las personas, como depresión, ansiedad y baja autoestima.

 

Enfermedades crónicas

 

También, las enfermedades crónicas que han perdido atención en el sistema sanitario debido a la atención principal dada a los contagios de COVID-19. Antes de la pandemia, el 90% de la mortalidad era debida a la cronicidad, es decir, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, etc. En números, 41 millones de personas fallecen por alguna de estas enfermedades crónicas, cada año.

 

Según el informe Impacto de la COVID-19 en lo NO-COVID-19 como ejemplo un estudio en Estados Unidosanalizó el impacto de la COVID-19 en seis afecciones crónicas como son la insuficiencia cardiaca congestiva, la EPOC, la diabetes tipo 2, la hipertensión, enfermedad renal crónica y cáncer. Los datos analizados han indicado que las restricciones de la pandemia fruto del confinamiento han resultado en:

  • Reducciones del 50% en nuevos diagnósticos en todas las afecciones desde enero a finales de abril de 2020.
  • En relación con la diabetes tipo 2, se redujeron las visitas médicas en un 60%.
  • En cáncer, la reducción de las visitas cayó entre un 30% y un 40%.

 

En el caso del cáncer, esta reducción de visitas, y, por lo tanto, de biopsias, radiologías, estudios endoscópicos y citologías, durante la pandemia ha supuesto que aparezcan cánceres en estados más avanzados en primeras consultas, hecho que dificulta el tratamiento y la superación de la enfermedad.

 

Una encuesta realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante la pandemia de la COVID-19, entre 194 ministerios de salud entre el 1 de mayo y el 25 mayo de 2020, resultó que 42% de los 155 países analizados vieron total o parcialmente detenida la actividad de tratamiento de sus servicios de oncología.

 

Responder a la pandemia con un sistema de salud adaptado

 

El informe citado destaca la necesidad de fortalecer el sistema de salud para conseguir atender, además de las demandas usuales por enfermedades, las situaciones de presión como es el caso del COVID-19, además de las consecuencias derivadas de la pandemia como serán trastornos mentales, aumento de diagnósticos tardíos de enfermedades y tratamientos más prolongados para curar enfermedades.

 

Es necesario, así, reconfigurar el modelo asistencial.

 

FUNIBER promueve estudios en el ámbito de la asistencia sanitaria con programas como:

 

 

 

 

Fuente: Impacto de la COVID-19 en lo NO-COVID-19

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