(Boletín Funiber 03 – 2009) Los ministros de medio ambiente europeo, que debatieron las propuestas  para la Cumbre Climática de Copenhague en diciembre, parecen estar dando marcha atrás respecto al acuerdo de las Naciones Unidas por el cual los países desarrollados deberían tomar la iniciativa sobre las acciones referidas al tema climático.

Los ministros, reunidos en el Consejo de Medio Ambiente de la UE, hicieron un llamado a los países en desarrollo a reducir emisiones de gases de invernadero al 15-30% de los niveles esperados para el año 2020, mientras que la UE se ha fijado un objetivo de reducción del 20% de los niveles de 1990, el cual, en la realidad, debería incrementarse al 30 % según el acuerdo del pacto global.En lugar de reforzar sus propios objetivos, los ministros de la UE hicieron un llamado a algunos países en desarrollo a considerar la adopción de niveles mínimos de emisiones vinculantes. Por otro lado, algunos países, también en desarrollo, se les ha pedido la elaboración de programas referidos a la baja emisión de carbono para el 2012. Sin embargo, los ministros de la UE sólo se han comprometido a prestar apoyo para el desarrollo de estos planes a los países menos adelantados – en lugar de apoyar a todos los países en desarrollo.

Piden mucho, pero dan poco

«Los Ministros de la UE parecen estar tratando de olvidarse de la inspiración de Bali, donde los países industrializados convinieron en tomar la iniciativa de un pacto global para mantener bajo control el cambio climático», dijo Katherine Watts, Asesora Internacional sobre el Cambio Climático de WWF Reino Unido. «La UE está muy de acuerdo en apoyar a los países en desarrollo a reducir sus emisiones, sin embargo, pareciera que la propuesta de hoy es pedir mucho y dar poco.» indicó la especialista.

Los ministros de la UE reconocieron que la inversión mundial en políticas sobre el cambio climático puede ascender a € 175 millones por año en el 2020, pero han dejado en manos de los Jefes de Estado y de Gobierno acordar la forma en cómo debe repartise el gasto.

Los ministros también han fracasado en ofrecer un paquete concreto para facilitar el despliegue de tecnologías limpias en los países en desarrollo, poniendo excesiva confianza en la capacidad de los mercados de generar dichas tecnologías limpias. Es pertinente mencionar que la prestación adecuada de las finanzas y la tecnología es fundamental para un acuerdo exitoso en Copenhague.

«Europa se concentra excesivamente en el papel del comercio de emisiones», acotó Watts. «Los mercados de carbono están demostrando ser una herramienta útil, pero no son la solución más rápida. Incluso en este caso, Europa establece un mal ejemplo con su renuencia a una subasta completa de los permisos y copias de seguridad de comercio con otros instrumentos tales como las emisiones de las normas de desempeño.»

El mundo necesita de Europa

Mientras las propuestas del Consejo de Medio Ambiente de la UE deberán ser aprobadas en marzo por los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, las medidas necesarias caen de manera sorprendentemente en cuanto a la ambición europea de mantener el calentamiento global por debajo del nivel de los 2 %u02DA C para evitar un riesgo catastrófico e inaceptable de cambio climático.

«La UE estableció su objetivo en 2º C en 1996, basado en la información disponible en esa época sobre los efectos climáticos. Ahora se sabe que se prevén impactos a temperaturas mucho más bajas de lo que alguna vez se pensó «, mencionó Watts.

«Los objetivos propuestos por la UE, a pesar de ser una pieza clave sobre todo el sistema, muestran una preocupante brecha con la realidad . Estamos frente a una ventana que evitaría los peores impactos climáticos, pero la que a su vez está comenzando a cerrarse: el mundo necesita una Europa dispuesta a colaborar y hacer su parte justa.», destacó Watts.

WWF pide que Europa eleve su propuesta de recortes del 20% en 2020 a los niveles de 1990, un objetivo muy poco ambicioso comparado con un recorte del 45% de emisiones. Dos tercios de este recorte debe aplicarse en la propia UE, y el equivalente financiero del resto se debería utilizar para apoyar las acciones preventivas de los países en desarrollo.

03 Mar 2009 – Bruselas, Bélgica –