Las necesidades de nutrición de los ancianos son distintas a las de los adultos.  Se estima que la población mundial de ancianon en los países industrializados se está incrementando considerablemente y se calcula, por ejemplo, que en España el 16,5% de la población serán ancianos para el 2023. Un estudio de la farmacéutica Novartis indica que el segmento de población de ancianos tienen mayor prevalencia de malnutrición y esta condición deriva luego en enfermedades que elevan las probabilidades de muerte en los adultos mayores.

EL informe presentado por Novartis indica que el riesgo de malnutrición en ancianos es reforzado por tres causas: psico-sociales, patológicas y fisiológicas. Entre las causas psico-sociales figuran la soledad, aburrimiento , depresión, aislamiento y dificultad para el transporte; como causas fisiológicas podemos considerar alteraciones digestivas, menor gasto energético por disminución de la actividad física, disminución de la masa ósea y el agua corporal total y deterioro de los sentidos como el gusto, el olfato y la vista. Además se deben considerar las causas patológicas como las enfermedades agudas y crónicas que les afectan, polimedicación que interfiere con la absorción de nutrientes, discapacidades que limitan la preparación de los alimentos.

De acuerdo al informe la malnutrición favorece la aparición de patologías como fracturas óseas, anemia, úlceras de decúbito y déficit de micronutientes, incrementando el riesgo de muerte. El estudio identifica que 40% de los ancianos mayores de 70 años consume menos de 1500 calorías por día, pero este aporte energético no cubre las necesidades de micronutrientes de un anciano.

El informe indica que resulta recomendable el consumo de entre 1900 a 2300 calorías para mayores de 51 años, de 1875 a 2400 calorías para personas mayores de 60 y entre 1700 a 2100 para mayores de 70. Se recomienda también el consumo de entre 50 a 63 gramos de proteínas para el grupo de adultos mayores a 51 años  y entre 41 a 54 gramos de proteínas para los mayores de 60.

El reporte de Novartis indica que la ingesta insuficiente de proteínas genera disfunción en el sistema inmunitario, mayor pérdida de masa muscular, astenia, depresión, inmovilidad, favorece la aparición de edemas y úlceras de decúbito, e permite con mayor facilidad la aparición de infecciones en el organismo. La RDA recomienda un consumo de 0,8gramos de proteínas por kilogramo de peso por día, lo que equivale a 63 gramos por día para hombres y 50 gramos por día para mujeres.

El documento además señala que resulta adecuado lograr una dieta equilibrada en los ancianos, considerando una ingesta de 12 a 15% de proteínas, 50 a 55% de carbohidratos y un 30 a 35% de grasas, destacando que debe procurarse que del total de grasas menos del 10% esté conformado por grasas saturadas y mantener similar proporción para las grasas poliinsaturadas; además se debe considerar que el aporte de colesterol no debe ser mayor a 300mg por día.

El informe recomienda además procurar un aporte adecuado de fibra a partir de frutas, verduras y leguminosas para minimizar la posible aparición de problemas frecuentes entre los ancianos como el estreñimiento, el uso de laxantes y la diverticulitis. Es necesario cuidar que los ancianos reciban una asesoría adecuada para la ingesta de vitaminas, sobre todo de vitamina D, considerando que el déficit de esta vitamina deriva en una insuficiencia de calcio, afectando la conservación de los huesos.

Se debe tener en cuenta que los requerimientos de vitamina K podrían ser mayores en ancianos con enfermedades crónicas, insuficiencia renal o adultos mayores bajo tratamientos con antibióticos. La vitamina B12 suele estar disminuída debido a una elevada prevalencia de gastritis atrófica, así como los requerimientos de B6 pueden aumentar cuando se utilizan fármacos antidepresivos o antihipertensivos. Se debe suplementar con Zinc para evitar la pérdida del gusto, la disminución de la inmunidad y ayudar en la cicatrización de heridas. El Cromo es un cofactor que ayuda al metabolismo de glucosa y de los lípidos en ancianos.  Además resulta necesario mantener una adecuada hidratación en los ancianos para mantener el equilibrio de sus funciones vitales.