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Todos los días y sin que pase ni un solo segundo, olas emocionales de todo tamaño, nos mecen entre los vaivenes de ese inmenso y profundo camino hacia el futuro, mientras procuramos mantener el equilibrio sobre una tabla conseguida por nosotros y afianzada mediante un hilo hecho de fe.

Como el surfing, cada uno busca la mejor tabla. La que por su diseño, calidad de material, color, precio y moda le complemente esa seguridad para desafiar. Subirse a esas olas que apenas comienzan a levantarse y que invitan a colgarse de la que puede ser la reina de las crestas del mar. .

Muchos son los que desean arriesgarse y no lo hacen. Otros se contentaron con la tabla y se olvidaron de surfear. Pero aún así, todos los días habrá quienes sin siquiera esperar a que el sol roce con sus rayos una gota de mar, ya están entre el agua a la espera de esa ola que les permita casi volar.

Todos los días se preparan y ese ejercicio se traduce en experiencia. Cuando llegue su oportunidad la aprovecharán. No habrá nada de que arrepentirse, lo contrario, supieron ganarle durante unos segundos la partida al mar. Y ese breve lapso se convertirá en eternidad.

La constancia en la preparación, permite salir cada día y regresar con mayor experiencia. Los logros ya no se medirán en segundos, serán años de intensa actividad. Se podrá estar seguro y bien equilibrado disfrutando cada ola en esa fuerte tabla que se seguirá meciendo en ese intenso mar.

Enlaces:

Poema al surfing

El tao del surf

Entrevista Sofía Mulanovich

Corriendo olas