El ciclo de vida de una empresa

Un negocio tiene distintas etapas que van desde el posicionamiento en el mercado a la formulación de nuevas estrategias

A lo largo de su vida, una empresa pasa por diferentes fases. Desde que empieza a funcionar hasta que cierra (o se reinventa), una organización vive una serie de etapas en las que necesita realizar cambios y adaptarse. Como explica la asesora en comunicación Marisol Garcia, “cada empresa tiene su propia madurez y cada una necesita un tiempo diferente para asentarse y darse a conocer”.

En la primera fase, la de nacimiento, es el momento en que la empresa se constituye legalmente y empieza a funcionar desde un local. Garcia señala que en esta etapa el gerente va adquiriendo experiencia y las decisiones que al principio tomaba por pura intuición a poco a poco se van convirtiendo en acciones probadas que funcionan.

En esta época suele haber pérdidas económicas que luego en la fase de crecimiento se recuperan. También es el momento en que se consiguen los primeros clientes y la marca se empieza a dar a conocer a través de los diferentes canales de comunicación.

La segunda fase es la de crecimiento, en la que el empresario ya conoce más a su mercado. Este se centra en fidelizar a los clientes que ya tiene y en atraer nuevos compradores. En este momento la empresa empieza a tener una buena estabilidad económica, es decir, cubre gastos y obtiene beneficios. Durante el crecimiento, además, el gerente empieza a delegar tareas: o bien contrata nuevos empleados o externaliza algunos servicios.

La tercera fase es la de madurez, el momento en que la empresa alcanzó el éxito, creció todo lo que podía crecer y llegó a todo su mercado potencial. En esta etapa puede parecer que el negocio se estanca porque ya no crece más. No obstante, desde la revista Forbes explican que la etapa de madurez es una etapa de estabilidad, la empresa cuenta con una buena experiencia, tiene una reputación y un prestigio y sabe cómo lidiar con la competencia.

Finalmente, la cuarta fase es la de declive. “Se suele llegar a la fase de declive cuando la empresa ya no es capaz de adaptarse al mercado y a los cambios que su propio cliente le exige”, explica la asesora Marisol Garcia. En este caso, si el empresario no implementa nuevas estrategias que renueven el negocio, este al final se tendrá que acabar cerrando.

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Fuente: Las 4 fases del crecimiento del negocio

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