Para que la sucesión se lleve a cabo con éxito primero se debe hacer una buena planificación, así como preparar al sucesor con formación teórica y práctica
La sucesión en la empresa familiar siempre es un momento delicado donde pueden surgir tensiones. En este tipo de organizaciones se mezclan los aspectos emocionales del parentesco con los estrictamente laborales y eso siempre se tiene que tener en cuenta. El objetivo de la sucesión es transferir el negocio a la siguiente generación.
El primer paso que se debe tener en cuenta es realizar una buena planificación. Como señalan en el portal Emprendedores, la persona que cede la empresa tiene que ser consciente de la necesidad de preparar la sucesión con anticipación, así como el que la recibe tiene que estar bien informado.
Como destaca el especialista en empresas familiares Arnoldo Araya, durante el proceso de planificación los miembros de la organización deben pactar una serie de medidas de actuación en las que se pongan por escrito los valores y conductas a seguir. Posteriormente se deberán realizar revisiones periódicas en las que se controle que se cumpla lo pactado.
El segundo gran paso en el proceso es la preparación del sucesor. En esta fase, como destaca el consultor Leonardo Glikin, se debe formar a los sucesores pero no para que sean clones de los antiguos gerentes: “La empresa de los próximos treinta años debe ser diferente de la empresa de los treinta años anteriores, simplemente porque las condiciones del mundo cambiaron”, señala.
En este sentido, los expertos recomiendan que por un lado se prepare al sucesor con conocimientos técnicos y de dirección y, si puede ser, a través de una educación formal. Y, por el otro, que el sucesor adquiera experiencia en empresas diferentes de la que se encargará de dirigir.
Finalmente, la tercera gran fase es el traspaso, el momento en el que debe iniciarse el intercambio de funciones y, el que hasta ahora era director, debe ir dejando paso al sucesor. Arnoldo Araya subraya que la sucesión será más fácil si el líder tiene predisposición a “delegar, desprenderse, ser generoso, otorgar autonomía y no inmiscuirse”, señala, así como si tiene la capacidad de establecer relaciones de confianza con su familia y sus colaboradores.
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Fuente: Cómo diseñar la sucesión en la empresa familiar
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