Tesis: Relación entre el transtorno de ansiedad y la obesidad en jóvenes

Investigación identifica la ansiedad como factor relevante a considerar en tratamientos para reducir la obesidad

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren como mínimo 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso, una enfermedad que se extiende silenciosamente entre los niños y jóvenes del planeta. Para detener el avance de la enfermedad es necesario identificar las causas, por esta razón Rebeca Boza Araúz, decidió presentar como proyecto final para optar por el grado de Máster Internacional en Nutrición y Dietética, la investigación titulada «Prevalencia de trastornos de ansiedad y su relación con la obesidad en la población infanto-juvenil de 11 a 16 años en Distrito Federal, México». Los resultados del trabajo presentado a FUNIBER se muestran a continuación.

Boza señala que algunos estudios han demostrado una relación entre depresión y obesidad, pero no existen investigaciones que aborden la influencia de la ansiedad en el desarrollo de la obesidad entre la población juvenil.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición realizada en México en el 2006, el 26% de los niños de ese país padecen de obesidad o sobrepeso.

Para esta investigación se utilizó la Escala de Ansiedad de Niños de Spence (SCAS por sus siglas en inglés). Se registraron los siguientes tipos de ansiedad: miedo al daño físico, transtorno de ansiedad por separación, transtorno obsesivo-compulsivo, ataque de pánico o agorafobia, fobia social y el transtorno de ansiedad generalizada.

Se realizó un estudio con una muestra de 376 jóvenes entre 11 y 16 años. Para realizar las distintas evaluaciones se involucró al personal médico y maestros de las escuelas a las que asistían los adolescentes y se describen en el documento los procedimientos utilizados para obtener la información necesaria.

El estudio indica que, de los 376 alumnos que participaron en la investigación, 114 (30,3%) presentaron puntuaciones concordantes con trastornos de ansiedad, y de este grupo el mayor porcentaje (49,6%) se encontró en el grupo de obesidad severa. Se identificó que hay «mayor prevalencia de ansiedad en las pacientes del sexo femenino, independientemente de la edad y del IMC».

La investigación revela que los jóvenes con obesidad severa tuvieron puntuaciones en los niveles de ansiedad mucho mayores en comparación con los jóvenes con sobrepeso u obesidad leve o moderada y aquellos que no presentaban sobrepeso.

Boza afirma, a partir de los resultados obtenidos, que «sí existe una relación entre los transtornos de ansiedad y la obesidad. No se puede dilucidar el tipo de asociación que existe, solo se pueden dar hipótesis al respecto. No existe la posibilidad de aventurarse a afirmar que los primeros son etiológicos de los segundos o viceversa, o si son simplemente sinérgicos, formando un círculo vicioso. Para poder aclarar estos puntos se necesitarán múltiples estudios de diferente índole».

La investigadora considera que se deben realizar intervenciones con equipos multidisciplinarios «Se deben adjuntar al tratamiento farmacológico, dietético y ejercicio, intervenciones psicológicas que disminuyan las conductas que interfieren en la pérdida de peso«. Boza recomienda que desde los 10 años se refuerce entre los niños el manejo de la ansiedad para que no se transforme en un problema psiquiátrico; además sugiere que se enseñe a los niños a «identificar correctamente las señales de hambre y saber diferenciarlas de los estados emocionales negativos tales como la ansiedad».

Boza indica que deberían realizarse estudios en torno a temas como la dieta, las enfermedades mentales y la actividad física, para identificar otros factores que podrían influir en la prevalencia de la obesidad.

Se puede descargar la tesis presentada por Rebeca Boza Araúz en este enlace.

Foto CC: moodboardphotography