Se calcula que el 10% de la población infantil del mundo sufre de sobrepeso, y esta condición acarrea un gran número de enfermedades en el largo plazo. Un grupo de investigadores decidió realizar un estudio para determinar cuál es la estrategia más adecuada para prevenir la obesidad en niños. Se evaluaron las intervenciones que solo contemplan una dieta con asistencia de los padres, un programa de actividad física y una combinación de ambos, para determinar la estrategia más efectiva. Los investigadores afirman que el mayor efecto se logra cuando se utiliza un plan de dietas dirigido a brindar asistencia a los padres para dar una dieta saludable a sus hijos.

El estudio se realizó con la participación de 165 niños, varones y mujeres de los 5,5 y 9,9 años de edad, con diagnóstico de sobrepeso, de acuerdo a los criterios de la International Obesity Task Force. Se dividió la muestra en tres grupos distintos y a cada grupo se le asignó una estrategia para bajar de peso. Un grupo recibió un programa de dietas dirigido a los padres (grupo dieta), otro grupo recibió un programa de entrenamiento físico (grupo actividad) y un tercer grupo recibió una combinación de ambos (grupo dieta + actividad). Se estableció un seguimiento con 10 semanas de sesiones cara a cara,  tres meses de llamadas para evitar las recaídas y evaluaciones a los 6 y 12 meses para observar los resultados.

Los investigadores determinaron que en las tres estrategias se logró una reducción del peso corporal relativo a los 6 meses y se mantuvo esta reducción hasta los 12 meses, pero la mayor reducción de peso se logró en el grupo de dieta dirigida a los padres.