Pacientes con diabetes mellitus tipo 2, que sufrían de episodios de compulsión alimentaria (atracones) antes de iniciar un tratamiento de reducción de peso, pero que consiguieron controlar el impulso unavez iniciado el tratamiento, lograron resultados excepcionales en comparación con aquellos pacientes que no padecieron este desorden alimenticio antes del tratamiento. Los trastornos por atracones, caracterizados también como «hiperfagia compulsiva», son frecuentes en individuos con diabetes mellitus de tipo 2 que se encuentran excedidos de peso.

El estudio realizado logró monitorear el comportamiento de pacientes con diabetes mellitus tipo 2 que fueron sometidos a un tratamiento de reducción de peso, y se hizo seguimiento de su progreso en un periodo de 12 meses. Se incluyeron en el estudio 5145 pacientes con diabetes tipo 2, entre 45 y 76 años, todos ellos con masa corporal de 25 o superior. Se seleccionaron pacientes de 16 centros clínicos de los Estados Unidos.

No se realizó una nueva intervención para el análisis, se evaluaron los datos recogidos en situación basal y al año de tratamiento: peso corporal, resultados del examen general de salud, ingesta de alimentos, episodios de atracones. Sobre la base de los informes de atracones se separaron cuatro subgrupos, teniendo en cuenta si el paciente experimentó o no episodios de ese tipo en situación basal, y se evaluó si continuó padeciendo de atracones al año. Se establecieron como principales medidas de evolución la incidencia de episodios de atracones y la pérdida efectiva de peso.

Tras evaluar los resultados de un año de tratamiento, se identificó que el 85,4% de los pacientes no comunicó episodios de atracones ni en situación basal ni al año. El 7,5% los experimentó sólo en situación basal, el 3,7% en los dos momentos y el 3,4% únicamente al año. El subgrupo con más significativa pérdida de peso fue el de los pacientes que habían tenido episodios de atracones antes del tratamiento, pero que no volvieron a registrarlos en el curso de éste: la media de descenso de peso fue de 5,3 kg (desviación estándar en más y en menos [DE], 0,4 kg). El subgrupo que no había tenido atracones antes del tratamiento y tampoco los tuvo al año logró perder 4,8 [DE 0,1] kg. El subgrupo que tuvo atracones tanto antes como después bajó 3,1 [DE 0,6] kg, mientras que el subgrupo que sólo tuvo esos episodios a partir del tratamiento perdió 3,0 [DE 0,6] kg. En la comparación con los dos subgrupos anteriores, el valor de p es < 0,001.

Una evolución muy favorable consiguieron los pacientes con sobrepeso u obesos con diabetes tipo 2, que lograron suprimir los episodios de copulsión alimentaria, mientras que todos los demás pacientes lograron reducir su peso, pero con avances menos significativos.

Fuentes de Financiamiento

NIH (National Institutes of Health), Bethesda; Johns Hopkins Medical Institutions, Baltimore, Maryland, EE.UU.

Contacto

Dirigir correspondencia a: Dra. A.A. Gorin, Department of Psychology, Center for Health, Intervention, and Prevention, University of Connecticut, 2006 Hillside Rd., Unit 1248, Storrs, CT 06269-1248, USA.