Si la lactancia materna protege contra el desarrollo de asma y alergia es una cuestión que ha sido frecuentemente estudiada y debatida durante más de 70 años. Hasta hoy se consideraba que dar lactancia materna en forma exclusiva y prolongada protege a los niños de contraer asma o sufrir de alergias hasta los 6,5 años de edad, pero un estudio realizado entre más de 17 mil pacientes demuestra que la lactancia materna exclusiva no posee un efecto protector que garantice una reducción del riesgo de contraer las enfermedades antes mencionadas.

Un ensayo ejecutado en 31 maternidades de Bielorrusia y sus policlínicos afiliados ha permitido estudiar a más de 17 mil parejas de madre – niño, de las cuales 13.889 (81,5%) se estudiaron hasta que el niño alcanzó los 6.5 años de edad. Para analizar la evolución de los pacientes se utilizó el Cuestionario del Estudio Internacional de Asma y Alergia en la Infancia (Internacional Study of Asthma and Allergies in Childhood questionnaire – ISAAC) y las pruebas cutáneas de hipersensibilidad para cinco antígenos inhalatorios.

Las clínicas de maternidad incluídas en el experimento, participaron ejecutando una intervención experimental o realizando un control habitual de las parejas en forma aleatoria. La intervención experimental se basó en la iniciativa hospitalaria Amiga del Niño, la que fue desarrollada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Fundación de Niños de las Naciones Unidas (UNICEF) para promover y apoyar la lactancia materna, particularmente entre aquellas madres que han elegido la lactancia. Las maternidades hospitalarias y policlínicos de control continuaron las prácticas y políticas vigentes en el momento de realizar el experimento.

La intervención experimental originó que las madres extiendan la etapa de lactancia materna exclusiva a 3 meses elevando las cifras de 6,4% a 44,3% y una prevalencia significativamente más alta de cualquier tipo de lactancia a todas las edades, incluyendo a los 12 meses de vida. Por otro lado, el grupo experimental no tuvo una reducción en los riesgos de síntomas alérgicos ni de diagnóstico o de pruebas cutáneas positivas. De hecho, luego de la exclusión de seis sitios (tres experimentales y tres controles) con tasas sospechosamente altas de pruebas cutáneas positivas, los riesgos fueron significativamente mayores en el grupo experimental para cuatro de los cinco antígenos.

El estudio concluye que los resultados no sustentan un efecto protector de la lactancia materna exclusiva y prolongada contra el asma y la alergia.