Investigadores comprobaron que al suministrar sulfato de magnesio a mujeres en gestación se conseguían efectos neuroprotectores en el feto tanto en los casos en los que la madre alcanza a dar a luz a los 37 meses, como situaciones en las que se enfrentaba riesgo de parto prematuro. Sobre todo en este último escenario, los doctores procuraron verificar información que proporcionase indicios de mejora en los pacientes.

Para realizar este análisis se seleccionaron cinco estudios, que en conjunto proporcionaron datos de 6.145 neonatos. Se evaluó el progreso de los pacientes teniendo en cuenta los niveles obtenidos de neuroprotección, neuroprotección materna – pre-eclampsia y tocolisis. Para realizar el análisis de datos se seleccionaron estudios del Registro de Ensayos Cochrane del Grupo de Embarazo y Parto.A partir del análisis de datos recopilados, se determinó que una terapia antenatal con sulfato de magnesio administrada a mujeres con riesgo de parto prematuro, conseguía reducir sustancialmente la probabilidad de parálisis cerebral en los neonatos, también se identificó una reducción significativa en la tasa de disfunción motora. No se detectó ningún efecto significativo de la terapia antenatal con sulfato de magnesio sobre la mortalidad pediátrica, discapacidades u otros trastornos neurológicos en los primeros años de vida.

Se determinó que los tratamientos con sulfato de magnesio no influyeron sobre las tasas combinadas de mortalidad y parálisis cerebral; se identificaron reducciones significativas en los grupos de neuroprotección, mas no se percibieron mejoras en los otros grupos. Se estableció que el número necesario a tratar de mujeres para evitar un caso de parálisis cerebral es de 63.

El estudio establece el efecto neuroprotector del sulfato de magnesio sobre el feto prematuro, cuando es suministrado a mujeres con riesgo de dar a luz antes de las 37 semanas. El análisis de datos sugiere beneficios para los infantes en edad temprana, pero los investigadores sugieren también evaluar la evolución en las etapas de niñez más tardía para determinar o descartar la presencia de efectos neurológicos tardíos que pudieran ser potencialmente importantes, en particular sobre las funciones motora y cognitiva.

El estudio fue financiado por el Departamento del Commonwealth de Salud y Vejez del Concejo Nacional de Salud e investigación médica de Australia.

Los interesados pueden dirigir correspondencia a Lex W Doyle, Department of Obstetrics and Gynaecology, University of Melbourne, The Royal Women»s Hospital, Locked Bag 300, 20 Flemington Rd, Parkville, Victoria, 3052, Australia