La energía eléctrica es hoy un componente fundamental para el funcionamiento de la sociedad y la economía, pero la pregunta fundamental es ¿cómo generar electricidad para alimentar a las gigantescas ciudades de las que formamos parte sin contaminar?. Tras el desastre de Fukushima miles han salido a las calles a protestar para deterner el funcionamiento de las centrales nucleares, pero es momento de analizar si podemos prescindir de la energía nuclear. En España operan seis centrales nucleares, con ocho reactores activos, que producen en total el 20% de la electricidad utilizada. Las alternativas son por el momento muy costosas o muy contaminantes, tal vez la mejor estrategia sea el ahorro de energía en las ciudades.

La evaluación de las tecnologías a utilizar para la generación de energía corresponden a cada país, no todos tienen la misma capacidad y recursos para establecer tecnologías limpias. Japón ha puesto bajo la lupa las centrales nucleares de todo el mundo, y en todo Europa se han movilizado los políticos para exigir pruebas de resistencia ante desastres, de modo que las centrales nucleares garanticen cierto nivel de seguridad.

En Latinoamérica el desarrollo de la energía nuclear es escaso, todavía se mantienen centrales de energía que utilizan combustibles fósiles y el cambio hacia energía renovable como la eólica, geotérmica o solar aún se ve como una solución remota por los altos costos de instalación y la limitada capacidad de investigación y desarrollo de tecnología que se tiene en sudamérica.

España mantiene una industria de energía nuclear, aunque algunos especialistas consideran que «se podría aprobar perfectamente un cierre programado de las centrales nucleares sin riesgo para el suministro”, de acuerdo a Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables. Francisco Castejón, miembro de Ecologistas en Acción y responsable de la Unidad de Teoría del Laboratorio Nuclear de Fusión, aseguran que «España se puede prescindir de la energía nuclear desde mañana mismo». Castejón sustenta su afirmación alegando que España exporta energía desde el 2004 y sería posible cerrar las centrales sin repercusiones en el suministro eléctrico.

Otros especialistas consideran el tema un poco más complejo. Por un lado, se considera que el funcionamiento de las plantas nucleares resultan un sistema de generación de energía produce ahorros en las emisiones de CO2 y por tanto es más ecológico que otras alternativas disponibles actualmente, y se estima que evitan la emisión de gases de efecto invernadero por un volumen equivalente a la mitad del dióxido de carbono emitido por el parque automotor de España.

La experiencia China
China y Estados Unidos son los países que emiten mayor cantidad de gases de efecto invernadero en el planeta. Solo en China operan 1.400 plantas de energía eléctrica alimentadas por carbón, de acuerdo a Yang Ailun, ejecutivo de Greenpeace en ese país. Tras el terremoto de Fukushima los costos del carbón se han incrementado en un 10%, y este incremento de precio marcará aún más las pérdidas de estas empresas de energía, que el año pasado reportaron pérdidas por 5.000 millones de dólares, de acuerdo al consejo de electricidad de China.

Las autoridades de ese país han aplazado sus planes de incrementar la inversión en energía nuclear. Por el momento el gobierno Chino ha incrementado su inversión en energía eólica y recientemente adquirió 24 turbinas Vestas, que producirían alrededor de 48 megawatios (MW). China ha logrado una capacidad instalada de generadores de energía eólica que equivale al doble de la capacidad instalada en Estados Unidos.