Mujeres envejecen en peores condiciones en Argentina

Es necesario establecer políticas de protección para mujeres de la tercera edad

En Argentina, las mujeres viven más que los hombres, pero en condiciones precarias. Esa es la realidad que compartió Monica Roqué, titular de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores (DINAPAM), durante el Primer Seminario Internacional sobre Género y Diversidad Sexual en la Vejez. «Las mujeres vivimos más tiempo que los varones, pero con más enfermedades crónicas y discapacidades», resaltó la directora.

Roqué considera que las mujeres son un subgrupo que ha sido vulnerado a lo largo de toda la vida y eso se potencia en la vejez. La situación de desventaja que viven las mujeres ancianas en Argentina se evidencia por factores como la pobreza, el padecimiento de enfermedades crónicas, el hacinamiento, la soledad  y la depresión.

La población de Argentina está envejeciendo, actualmente 1 de cada 9 personas tiene más de 60 años, y el número crecería en el 2025, cuando la proporción será 1 de cada 5. El segmento de población de la tercera edad está creciendo rápido para los argentinos. El crecimiento de esta población se caracteriza porque las mujeres sobreviven por más tiempo.

El índice de masculinidad indica la cantidad de hombres vivos por cada 100 ciudadanos, en el caso de Argentina, el índice de masculinidad entre habitantes de 75 años es de 70, la cifra se reduce a 50 a los 84 años, a los 90 años son solo 37, y entre la población mayor de 99 años el índice de masculinidad llega solo a 21.

Roqué explica que la principal vulnerabilidad de las mujeres de la tercera edad es el aspecto económico, muchas de ellas son amas de casa y dependen económicamente del marido, por esa razón cuando el hombre muere, «quedan empobrecidas». Por otro lado, las mujeres que trabajan alcanzan su máximo nivel de desarrollo profesional a los 40 años, porque existe una barrera cultural que les impide crecer.

La directora del DINAPAM indica que el 71% de personas que viven en entidades geriátricas son mujeres, y la probabilidad de que una mujer mayor de 60 viva hacinada, compartiendo habitación con dos o más personas, es cinco veces más alta que en el caso de los varones.

Pero no todo es negativo. Roqué señala que se está logrando establecer medidas para apoyar a la población de la tercera edad, con normas como la jubilación para las amas de casa, la asignación de una pensión para el sobreviviente en una pareja en una unión de hecho, y el desarrollo del Programa Nacional de Cuidadores Domiciliarios, que ha formado a más de 43 mil cuidadores que brindarán sus servicios a los adultos mayores desde diversos programas sociales.

Fuente: http://fnbr.es/1yz

Foto CC: Quentin.HLB